Ya nos podemos aventurar y vaticinar un plácido periodo para el ejercicio de 2021 en las cuentas de los armadores de contenedores. Todo indica que este año ganarán más que el anterior, que ya es decir. Cualquier reacción que se produzca por parte de los reguladores, sería deseable; pero no se espera en absoluto y, en cualquier caso, no tendría efectividad antes del segundo semestre de este año.
Las congestiones en los puertos del Oeste de Estados Unidos seguirán con menor intensidad, quizá. Faltarán contenedores en todos los tráficos mundiales. Y los fletes, que ya han subido en abril, continuarán en su nivel elevado… y para aquel que tenga urgencias siempre existirá la posibilidad de equipo y embarque, eso sí, a precios estratosféricos.
La confianza de los armadores resulta a veces hasta insultante. Han fletado por periodos de uno y dos años todo lo fletable y disponible en el mercado en cuanto a buques portacontenedores de mas de 4.000 TEUs. Han encargado, bien directamente, bien a través de terceros financiadores, nuevas construcciones de Postpanamax (14.000 TEUs) que podrán pasar por el canal de Panamá desde China hacia la costa Este de Estados Unidos, y así obviar las congestiones del Oeste. Y, algunos, han continuado con nuevos encargos de los ULCVs mayores (24.000 TEUs), que entrarán en el mercado en el 2023. La confianza que despliegan es apabullante.
La exención de la aplicación de las reglas de la competencia del tratado de la Unión Europea –block exemption regulations– acaba en 2024; recordemos que fue concedida por la Comisión Europea en 2020. Antes de esa fecha difícil será que por parte de la UE haya reacciones que pretendan acabar con los desajustes actuales. Previamente, quizá haya reacción por parte de la Federal Maritime Commission de los Estados Unidos que se muestra muy activa investigando la situación. Por la parte china, mientras haya demanda de los países occidentales, que la hay, todos tranquilos.
Entonces, ¿qué va a ocurrir? Parece que las empresas deberán seguir planificando con dos meses de antelación y, si hay suerte, recibir su mercancía. Para los importadores, los grandes operadores del mercado que mueven decenas y centenares de miles de contenedores tendrán más suerte que los pequeños y medianos, que serán los que mas sufran las condiciones desfavorables que se mantendrán durante todo 2021 y –quizá- hasta 2022.
Los exportadores: las mismas dificultades, falta de equipo, precios inestables y prácticamente ninguna garantía de embarque salvo pagos de fletes ¿estratosféricos?
Y así se mantendrá el comercio mundial, es de esperar. El crecimiento de la demanda de transporte se anunciaba a primeros de año en niveles del 6%. Si es así, podemos pensar, sin ninguna bola de cristal, que esta situación durará.
Consejo para navegantes: invierta en bolsa en acciones de las grandes navieras de contenedores y, a lo mejor, gana por este lado lo que pierde en sus tráficos internacionales.