150 años de vida dan para muchas anécdotas, mucho trabajo, alegrías, decepciones… y un largo etcétera de historias de personas y de empresas que forman o han formado parte de algo. Muchas de estas historias se reunieron ayer en el Palau de la Música Catalana para conmemorar de forma solemne el 150º aniversario del puerto de Barcelona. Un acto bien medido –y con mucho trabajo detrás- para celebrar la efeméride de la principal infraestructura de Catalunya.
Poco podrían imaginan los impulsores de la Junta de Obras del Puerto en 1869 que su creación hoy dé empleo a cerca de 50.000 personas, que se haya convertido en la principal arteria del comercio exterior de Catalunya y del conjunto de España, un gran polo turístico de la ciudad, o que pudiera llegar a articular en su seno a profesionales variopintos con empleos –muchos de ellos- inexistentes en el siglo XIX y que hoy, gracias al puerto, enriquecen a la sociedad y a la propia economía.
Poco a decir del escenario escogido para la celebración: el Palau de la Música, una de las grandes joyas del modernismo catalán, patrimonio de la Unesco, y uno de los principales auditorios del mundo, envidiado y admirado a partes iguales y donde han actuado alguno de los principales intérpretes y batutas desde su inauguración. Como tal, la música no podía faltar en el acto y fue especialmente emotivo el Coro Infantil del Palau que actuó de forma excelsa; además de la intervención de la soprano Anaïs Vila, acompañada por el pianista Mateu Peramiquel; y el grupo Ítaca Band, que animó la clausura. Entremedio, presentaciones por vídeo de diferentes aspectos de la historia, el presente y el futuro del puerto, y una entrega de placas conmemorativas a diversas personas y representantes de entidades relacionadas.
No era un día para realizar reivindicaciones. No obstante, la actual presidenta, Mercè Conesa, sí alertó de la necesidad de cambiar el modelo de gobernanza, dentro del plan estratégico que prepara Puertos del Estado, para actualizar los puertos y poder continuar, al menos, otros 150 años en esta senda de crecimiento marcada por los predecesores. Para crecer es necesario desligarse de ataduras (en forma de tasas prefijadas, en forma de ralentización de las inversiones…) e ir hacia un modelo más acorde al existente en otros puertos de la competencia europea o mundial.
Ausencias destacadas e inexplicables
Debería de haber asistido el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, y no para escuchar las peticiones de los gestores y de las empresas y profesionales que formamos parte del entramado marítimo-portuario –que también-, sino por decoro. Pero parece que venir a Barcelona dé cierto respeto (o temor), máxime con las elecciones generales en menos de tres semanas… El puerto de Barcelona, como el resto de autoridades portuarias, depende de Fomento, por mucho que su titular esté en funciones… de modo que era su deber (o al menos, conveniencia) aparecer en el acto central del 150 aniversario de la fundación de unos de los mayores y más rentables puertos españoles. No en vano es la infraestructura marítima que más dinero aporta al conjunto del Estado.
Se echó en falta también al presidente de Puertos del Estado, Salvador de la Encina, o a los presidentes de otras autoridades portuarias, como mínimo las más relevantes o cercanas, por mera cortesía… y sabiendo que muchos de ellos estaban ayer en Madrid, a tres horas en tren o una hora en avión de Barcelona. Algunos enviaron a altos ejecutivos… otros ni eso; en ambos casos es descortés. También faltaron los alcaldes de Barcelona y de El Prat de Llobregat y, por mucho que lo he intentado, no logro entender la falta de compromiso de la alcaldesa de la ciudad que da nombre al recinto portuario, Ada Colau. A no ser por causas de fuerza mayor, la ausencia de ambos ediles se compadece mal con el cargo que les han otorgado los ciudadanos en las urnas. Lo dijo, en todo caso, Mercè Conesa en su discurso “nos habría gustado que el acto se hubiera celebrado con más armonía política y social”.
Dos expresidentes de la entidad (Sixte Cambra y Joaquim Coello) y dos exdirectores generales, dos expresidentes de la Generalitat (Artur Mas y José Montilla), la delegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera; o el consellerde Territorio y Movilidad, Damià Calvet; también estuvieron entre los presentes, además de los representantes de algunas de las empresas miembros de la comunidad portuaria: Ateia Barcelona, Colegio de Agentes de Aduana, Asociación de Consignatarios, Asociación de Empresas Estibadoras, los representantes de los estibadores… los que siempre están, vamos.
Pero faltó la relevancia a otras empresas y profesionales cuya falta de representatividad en el seno del puerto –y no sólo en el de Barcelona- es incomprensible y preocupante, ya que también forman parte de de las comunidades portuarias: amarradores, logistas, astilleros, náutica, suministradores, armadores, cargadores, prácticos, capitanes de la marina mercante, marinos, formadores, remolcadores, pescadores, guardamuelles… el futuro de éste y de todos los puertos pasa por hacer entender a sus gestores que su subsistencia y crecimiento deriva directamente de todos los grandes grupos que lo conforman y no sólo de unos cuantos escogidos, algunos por razones históricas. No hubiera estado tampoco de más una mención a los medios de comunicación especializados que damos a conocer al gran público lo que acontece en los recintos portuarios.
Retos de un futuro por llegar
Del futuro del puerto, Mercè Conesa destacó el reto que representa la sostenibilidad económica y ambiental: desde la electrificación de los muelles, al uso de energías medioambientalmente menos perjudiciales, nuevos combustibles que poco a poco vayan sustituyendo a los más contaminantes en buques y/o empresas concesionarias. El objetivo es el horizonte de emisiones ‘cero’. Para lograrlo cabe también llamar la atención por la tan necesaria ampliación de la capacidad viaria y ferroviaria, con unos accesos que llevan más de una década de retrasos poco justificables.
Importancia también al futuro en su transición hacia la digitalización, el famoso big data, la seguridad y la ciberseguridad, hacer realidad un corredor del Mediterráneo que funcione y, claro, nuevas ampliaciones que habrán en el corto y medio plazo, “además de los retos coyunturales como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el Brexit o el proteccionismo”. Todo para llegar a cumplir 150 años más.
Desde el equipo que formamos parte de NAUCHERglobal nos unimos a los cientos de felicitaciones al puerto de Barcelona y deseamos que siga siendo cuna de prosperidad.