Una vez más, seguro que muchas ya perdimos la cuenta, la dura y larga historia de nuestro sector pesquero con Terranova, vida tras vida, y tributo a tributo que nos cobra ese mar de forma cruel diciéndonos que por muy preparados que estemos él siempre tiene la última palabra. Una vez más, vuelve a teñirse de luto familias por la pérdida de sus seres queridos, que por culpa de trabajar en un medio tan duro, donde ya es difícil en si, por el alejamiento familiar.
Nos damos cuenta que a pesar de ser un sector en continua formación que los trabajadores hacen cursos de todo tipo, igual tenemos que replantearnos si para trabajar en determinadas zonas la formación debería de ser más específica y que pudiera en la medida de lo posible garantizar más su seguridad si cabe. La tragedia del VILLA DE PITANXO nos vuelve a dar un golpe de realidad más víctimas las tripulaciones de las más formadas posibles pero el resultado vuelve a ser el mismo, más viudas más huérfanos y seguimos alimentando la historia de fallecidos y desaparecidos en un medio de trabajo duro, hostil, miserable e impredecible a pesar de los adelantos tecnológicos y la preparación de las tripulaciones.
Pero está claro que detrás de un accidente así y con una mirada crítica deberíamos de preguntarnos si esto se podría haber evitado, ¿Dónde está la prevención ante las tremendas condiciones meteorológicas adversas en la zona del naufragio, que no invitaban precisamente las labores de pesca, dado que reducen la maniobrabilidad del buque para poder defenderse de la mala mar, priorizando llenar la bodega a la seguridad de los trabajadores y del propio buque cuando deberían estar a la capa, para poder afrontar el mal tiempo con mayor seguridad el mal estado de la mar, ¿Dónde está la responsabilidad?
Alguien tiene que velar por la seguridad de este sector y a pesar de las dificultades de trabajar en un medio así, con unas condiciones a veces tan complicadas, hay momentos en el que hay que decir basta, y alguien tiene que ser responsable, no nos vale para nada que después vayan a llorar a la puerta de los huérfanos y de las viudas, las Autoridades están obligadas a marcar unas normas para que la gente del mar trabaje en las máximas condiciones de seguridad posibles, si no estas son cómplices de este tipo de accidentes.
Tenemos que seguir mejorando las tecnologías y la formación de la gente que desarrolla su labor en el sector pesquero. Igual debería ser específica por las zonas y aguas donde trabaje o intentar de alguna manera que esta gente a través de la formación sea para ellos en un momento dado una tabla de salvación. El Sector Marítimo Portuario Federal FeSMC-UGT se posiciona al lado de las familias y les trasladamos nuestro más sentido pésame y lamentamos profundamente la perdida de sus seres queridos.
Desde UGT queremos poner el foco de atención a las autoridades pertinentes para que el sector pesquero pueda ser un sector más seguro.
José Ramón Piñeiro, secretario general del sector Marítimo-Portuario de FeSMC-UGT