Ayer tuvo lugar la conferencia de Juan Zamora sobre el desastre del PRETIGE organizada por el ayuntamiento de Vilassar de Mar. Acompañado por el decano de la Facultad de Náutica de Barcelona y con un auditorio expectante, el capitán de la marina mercante, abogado y periodista Juan Zamora, editor de NAUCHERglobal, expuso sus conocidas tesis sobre el desastre causado por el accidente del petrolero abanderado en Bahamas que naufragó seis días después de que una ola rompiente le abriera una vía de agua en el costado de estribor el día 13 de noviembre de 2002.
Juan Zamora resumió la tragedia de aquel siniestro con el título del libro que escribió y publicó Nunca Mais de Catalunya en 2004: del accidente a la catástrofe. El accidente, la vía de agua, se produjo a causa del temporal; la catástrofe contra el medio ambiente, valorada en varios miles de millones, fue causada por las erróneas decisiones que tomaron las autoridades españolas al gestionar el accidente. ¿Qué pretendían las autoridades mandando alejar el buque herido a un rumbo que le lanzaba directo contra el temporal? Se preguntó el conferenciante. Sacudirse el problema, endosar la contaminación a no se sabe quién, esconder la cabeza como los avestruces, contestó. Si hubieran hecho caso a las indicaciones y peticiones técnicas del capitán para refugiar el buque en aguas abrigadas, el accidente hubiera sido un suceso menor cuyo coste lo habría cubierto con creces el seguro obligatorio del buque. Pero la soberbia de las autoridades les impidió escuchar al gran profesional que es el capitán Mangouras, aclaró Juan Zamora.

Explicó el capitán Zamora los entresijos del largo proceso penal que se instruyó en el Juzgado de Corcubión contra el capitán y el jefe de máquinas del PRESTIGE, Apostolos Mangouras y Nikolaos Argyropoulos, y contra el director de Marina Mercante, autoridad marítima española, José Luis López Sors; y la inexplicable e insensata demanda que presentaron en los juzgados de Nueva York contra la sociedad de clasificación American Bureau of Shipping (ABS), como responsable del accidente al haber certificado el buen estado del buque. Se centró en las acusaciones contra el capitán Mangouras, desobediencia y delito contra el medio ambiente, y afirmó que ambas eran puras invenciones. La desobediencia se basó en una mentira (el supuesto desafío de Mangouras al Gobierno español) y la segunda es sencillamente impensable, pues querría decir que el capitán averió el buque, a propósito o por negligencia grave, para contaminar el medio ambiente. Los hechos probados desmintieron con rotundidad ambas acusaciones. En el pleito de Nueva York, los jueces emitieron dos sentencias y ambas fueron contrarias a las pretensiones del Reino de España, que resultó incluso condenado en costas.
En el diálogo con el público, el conferenciante explicó que a resultas del accidente del PRESTIGE España cuenta con unos medios extraordinarios de salvamento marítimo, que superan incluso los medios de que disponen países como Francia y Gran Bretaña, con economías más potentes y mayores riesgos. Pero que seguimos sin resolver el problema de que sean los políticos quienes decidan cómo resolver o gestionar un accidente marítimo grave, en vez de dejar esas decisiones en manos de técnicos cualificados.