España es el primer país del mundo en contratación de buques para la industria pesquera y el segundo en buques de investigación oceanográfica. Así lo recoge el Informe Anual de Actividad del Sector de la Construcción Naval elaborado por Pymar, la sociedad que agrupa a los principales astilleros privados españoles, y que también constata el mantenimiento de la tendencia exportadora del sector, señalando que el 93% de las CGT en construcción (arqueo bruto compensado) corresponde a demanda extranjera de los mercados más exigentes, siendo este el mayor valor de toda la serie histórica desde 1985, con casi 25 puntos por encima de la media de los cinco últimos años.
Junto a ello, los primeros datos cerrados de 2020 reflejan una moderada aceleración de la actividad contractual, con 13 nuevos pedidos solo en el primer trimestre, por un importe superior a 350 millones de euros y 2 millones de horas de trabajo. Las cerca de 70.000 CGT contratadas en este periodo incrementan en casi un 50% el registro del mismo periodo del año anterior.
Estas buenas cifras han elevado el número de unidades en construcción un 18% frente al pasado año, sumando a cierre del primer trimestre un total de 53 buques en cartera por un importe conjunto superior a los 2.000 millones de euros y 11,5 millones de horas de trabajo. La consejera delegada de Pymar, Almudena López del Pozo, ha explicado que esta cartera de pedidos nacional supone que en la actualidad cuenten con carga de trabajo la totalidad de los astilleros privados actualmente en activo integrados en la compañía.
Líderes en buques para la industria pesquera
La construcción naval en España se situó, a cierre del pasado ejercicio, en el segundo puesto de la Unión Europea con más unidades tanto contratadas como entregadas, liderando además mercados de alta complejidad constructiva y sofisticación tecnológica como el de los grandes buques para la industria pesquera, y situándose como la segunda potencia mundial y primera de la Unión Europea en segmentos como el de los buques oceanográficos. “España está especializada en construcciones de buques a medida con un alto componente tecnológico y sostenibilidad medioambiental, destacando entre los países más avanzados del mundo”, ha afirmado la consejera delegada.
El informe refleja que los astilleros españoles registraron el pasado año la entrada en vigor de un total de 25 nuevos contratos y 136.825 CGT, con los que la cartera de pedidos nacional logró sumar al cierre de 2019 un total de 45 buques y 376.580 CGT, generadores de cerca de 12 millones de horas de trabajo. Los proyectos de construcción encargados se caracterizan por su alto valor añadido en diversas tipologías como los buques de pasaje, pesqueros de última generación, buques de apoyo a la acuicultura marina u oceanográficos. Estos segmentos han supuesto más del 70% de las CGT contratadas por los astilleros españoles durante el pasado año.
Asimismo, la actividad de los astilleros españoles en el segmento de la reparación y mantenimiento naval con cerca de un millar de encargos en una amplia diversidad de buques, incrementando la facturación casi un 30% frente al año anterior. Entre las distintas tipologías objeto de reparaciones y de tareas de mantenimiento, destacan los buques pesqueros, los yates, los buques mercantes, los cruceros, las unidades offshore o los buques militares, entre otros. Pymar es la sociedad española que agrupa a los 18 principales astilleros privados para defender los intereses de la construcción naval privada, tanto en España como en el conjunto de Europa.
Incertidumbre en el comercio mundial
El sector naviero vive en la incertidumbre en la medida que la pandemia de la Covid-19 ha trastornado el tráfico marítimo mundial por la parálisis del comercio internacional que comienza a reanimarse de forma tímida. Las navieras se han visto obligadas a sustituir los motores que utilizan ese combustible por otros más limpios para ajustar su nivel de emisiones o equipar a sus barcos con sistemas que eliminan el azufre de las emisiones de los equipos actuales. La caída de ingresos ha llevado a que una parte considerable de los propietarios de barcos afirmen que en las presentes condiciones no pueden acometer las inversiones necesarias y existen agrupaciones de propietarios en el sector que exigen un aplazamiento de la normativa.
Los grandes astilleros de Asia, en China, Corea y Japón mantienen un pulso diario para disputarse los pocos clientes en el sector de la carga a granel y buques tanque en la medida que las órdenes para barcos de transporte de contenedores han caído prácticamente a cero. Los planes de la naviera alemana Hapag-Lloyd y de Ocean Network Express de Singapur para invertir cientos de millones en los barcos para más de 20.000 contenedores han sido archivados.
Sin actividad en los astilleros chinos
Fuentes de un astillero estatal chino han señalado que en los últimos cinco meses solo han recibido dos consultas sobre portacontenedores, que no se concretó en ninguna orden. Paralelamente, la demanda del GNL se disipó con la pandemia por la caída de la actividad industrial.
Saudi Aramco, la gigantesca petrolera saudí, ha paralizado una orden por una docena de barcos equivalente a 2.500 millones de dólares. Por su parte Qatar, el mayor exportador de GNL del mundo, paralizó una orden para 40 buques para el transporte de gas.
Un informe de la empresa de análisis e inteligencia marítima de Reino Unido Clarksons, señala que las nuevas órdenes para la construcción de barcos cayeron un 53% en el primer semestre de este año respecto de igual periodo un año antes. En términos de tonelaje la caída ha sido del 66% respecto del promedio desde 2009.
La previsión de la compañía es que un 30% de las entregas previstas este año se demoren hasta 2021. La entidad hipotecaria Financiación Danesa de Barcos (Danmarks Skibskredit) prevé que unos 200 astilleros pueden cerrar. De acuerdo con la información del banco danés la mitad de los astilleros en funcionamiento no han recibido ninguna nueva orden desde 2018.