La flota naviera española ha crecido un 12,6% durante el año 2019. El aumento ha sido posible gracias a las inversiones de los armadores a pesar de la desaceleración económica, agravada por la pandemia del coronavirus. A principios de 2020, las empresas controlaban un total de 216 buques mercantes, con una medida de arqueo bruto de más de 5 millones de GT, la cifra más alta desde 1986. El dato lo recoge el anuario estadístico ‘Marina Mercante y Transporte Marítimo’, que ha presentado la Asociación de Navieros Españoles (Anave).
El presidente de Anave, Alejandro Aznar, resalta el impacto de la crisis sanitaria en las firmas navieras, “especialmente en aquellas que operan buques de pasaje, que han tenido que amarrar buena parte de su flota durante varios meses y operar el resto sin poder cubrir sus costes y, hasta ahora, con un apoyo público muy limitado”. A pesar de las dificultades, los buques continuaron abasteciendo a Baleares, Canarias, Ceuta o Melilla durante el estado de alarma.
Durante los últimos cuatro años, las inversiones en la flota controlada por los armadores españoles ha crecido un 32%, pero la mayoría de GT se ha inscrito en lugares como Madeira, Chipre y Malta. De hecho, solo la mitad de la flota opera bajo bandera española. Por segundo año seguido, el anuario de Anave refleja que la flota de pabellones extranjeros supera a la española (REC).
Excedente de flota por la menor demanda
Aznar considera que “el excedente de flota que se va a generar por la caída de la demanda no se verá agravado por unos niveles muy elevados de entregas en los próximos años”. Incluso antes de la crisis de la Covid-19, los fletes solo repuntaron gracias al aumento de los desguaces de buques, así como por la instalación de ‘scrubbers’ para cumplir con la normativa IMO 2020. Estas acciones redujeron la capacidad de la flota activa.
A nivel global, la flota controlada por los armadores españoles subió un puesto, hasta alcanzar el lugar 35 de la clasificación mundial. De esta, los buques de pasaje representan el 37% de las unidades y el 18% del GT. El 43% del tonelaje y el 10% de las unidades lo aportan los gaseros.
Durante el año 2019, la flota española incorporó 11 buques de nueva construcción, lo que supone 595.000 GT y una inversión de 849 millones de euros. Algo menos de la mitad (un 43%) se inscribieron en el RET y corresponde a cuatro buques (dos metaneros y dos de pasajes). Los siete restantes son tres petroleros, tres de pasaje y un quimiquero. Todos ellos se registraron con otras banderas comunitarias.
Previsión de ocho nuevos buques
El anuario estadístico de Anave prevé que los armadores españoles recibirán encargos para construir ocho nuevos buques en los próximos dos años. Tan solo uno se montará en un astillero español. En esa cartera de pedidos, se incluyen cinco buques de pasajes, dos metaneros y un quimiquero. En total, se añadirán 220.000 GT y una inversión de 680 millones de euros, algo inferior a la del año 2019.