Elegimos un tema del que conocemos todo lo que hay que explicar al lector deseoso de saber. Empezamos con un argumento nostálgico, pues sabido es que la nostalgia y a veces la melancolía crean un lazo de simpatía con nuestros semejantes, hombres y mujeres. En algún momento añadimos unas notas históricas redactadas con emotiva admiración y un par de comentarios con ecos geopolíticos. Y hacia el final colocamos los apuntes críticos imprescindibles para darle carácter a la obra, bien medidos, que los lectores puedan compartir sin esfuerzo. El resultado es un libro exquisito, “El maldito contenedor, el aplastante triunfo de un sistema de transporte”, escrito por Víctor Rubio Larramona, actual secretario de la Asociación Catalana de Capitanes de la Marina Mercante, y editado por Arcadia Project 2021.

Como es un libro de pocas páginas, lomo delgado y tapas de color amarillo, lo tenía soterrado en una de las pilas de libros que aguardan, al menos, el descanso de una estantería. Ni siquiera recuerdo cómo ni cuando llegó. Intentando poner orden, llamaron mi atención las proas de los buques que aparecen en la cubierta y naturalmente el título, rotundo, sin concesiones. Lo abrí y leí: El contenedor es un equipo de transporte de mercancías. La contenerización es un proceso. De estos dos conceptos trata este manual. Bienvenidos.
Acepté la invitación del autor y me adentré en sus páginas. Con palabras claras y frases sencillas, Víctor Rubio desgrana la magia del contenedor, más barato, más rápido, más seguro, y nos conduce por los entresijos de su transporte. Y lo hace de maravilla, hasta el punto de que apenas se nota la aridez técnica del tema.
La genialidad del escritor ha introducido la historia, la política, la nostalgia del pasado y los comentarios críticos para que el manual se lea sin esfuerzo. Todo ello sin perder nunca de vista la máxima de Baltasar Gracián: lo breve, si bueno, dos veces bueno.
Añado para terminar dos comentarios que escribí en el margen de una página del libro mientras leía admirado la creación de Víctor Rubio: prosa sin pretensiones, sencilla y cristalina. La ironía, sin sarcasmo ni ánimo mordaz, como instrumento de complicidad con el lector.
Mi agradecimiento al marino -y ahora escritor- Víctor Rubio por haberme deparado el placer de leer “El maldito contenedor”.