El fondo de inversión madrileño Incus Capital ha adquirido el 70% de las acciones de Marina Vela, la concesión la zona deportiva del puerto de Barcelona, gracias a una capitalización de la deuda, lo que le permitirá acometer las inversiones pendiente en las instalaciones. Situada junto al hotel W, Marina Vela dispone de 130 amarres en alquiler y en venta, una marina seca y una oferta gastronómica, de ocio y comercial. La operación se ha realizado con el propietario de la concesión, el empresario Nicolás Mayol, responsable del Grupo Mayol, con sede en Baleares.
Fuentes jurídicas participantes en las negociaciones y el posterior acuerdo han indicado a NAUCHERglobal que “dada la situación a la que nos vimos abocados, se consiguió alcanzar un acuerdo con la financiadora para, de forma ordenada y sin necesidad de acudir a instancias judiciales, dar carta de naturaleza a las garantías prestadas de forma limitada mediante la cesión de un volumen mayoritario del capital”. Gracias al trato, Incus Capital tendrá un acceso ilimitado a las áreas de dirección, representación y decisión de la sociedad, reservándose los socios originarios un porcentaje significativo que les permita continuar involucrados en la gestión de las instalaciones.
Las partes se han comprometido a dos objetivos: por un lado, aportar valor a la sociedad para una venta que permita recuperar lo invertido o una refinanciación en condiciones normales de mercado. Las misma fuentes indican que “en cualquier caso y de cara a los usuarios y clientes en general no se espera variación alguna, por lo que no existe razón para la inquietud”.
Garantía de los ratios de solvencia
Además, el acuerdo alcanzado garantiza los ratios de solvencia que exigen las normas del concurso público, cumpliendo así con la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB), lo que favorece la finalización de las últimas obras pendientes de ejecución: la urbanización de la rambla elevada hasta el futuro edificio dedicado a restauración, ocio y cultura, ubicado en el extremo de aquella.
El proyecto de Marina Vela ha venido sufriendo sucesivos reveses que, sin comprometer su viabilidad en el medio y largo plazo, sí que le han hecho pasar por momentos complicados. Entre estos, los participantes en las negociaciones destacan el cambio político experimentado en el Ayuntamiento de Barcelona, con las consiguientes diferencias de sensibilidad en cuanto al desarrollo portuario, cuya plasmación generó importantes retrasos.
Asimismo, señalan los graves incidentes asociados al referéndum del 1-O, que trascendieron a nivel mundial, retrayendo a los compradores interesados en la adquisición de amarres y el temporal Gloria, que impactó severamente en las instalaciones causando serios daños y paralizando parcialmente las actividades (concretamente, la marina seca quedó inservible y tuvo que ser restaurada).
Dificultades en el acceso a la financiación
Con la llegada de la pandemia de la Covid-19, se suspendió el cobro de cesiones de locales, tiendas y restaurantes por inactividad, así como a posponer cualquier decisión económica por parte de inversores y propietarios de embarcaciones. La situación provocó que no se pudiera acceder a las vías de financiación tradicionales. La financiación proporcionada por Incus Capital estaba prevista para la fase inicial de construcción y promoción de la marina, “pero que resultaba demasiado gravosa en sucesivas etapas”, según comentan.
Nicolás Mayol obtuvo la concesión de Marina Vela en 2014. Tras buscar financiación bancaria, acudió a la gestora de fondos Incus Capital, que consiguió 27 millones de euros de la firma canadiense Ontario Teachers’ Pension Plan. A partir de allí, planteó una inversión de 30 millones de euros en la instalación portuaria, incluida una reforma de los locales comerciales.