Con un cierto aire de despedida, en el que fue el último acto de Damià Calvet como presidente del puerto de Barcelona- se publicó su cese en el BOE pocas horas después, el Club del Transitario Marítimo (CTM) celebró ayer su 25 aniversario, que reunió en la Terraza Miramar de Barcelona a un centenar de la Comunidad Portuaria. Un cuarto de siglo marcado, en palabras de su presidente Jaume Altisent, por un cambio de moneda (el paso de la peseta al euro), modificaciones en la normativa aduanera, la pandemia de la Covid-19 y ahora la guerra derivada de la invasión rusa de Ucrania. Esos 25 años intensos y convulsos han servido, según Altisent, para “demostrar y constatar el espíritu de resistencia y resiliencia de los transitarios”, a los que definió como una especie de “psicólogos de las empresas que, en ocasiones no somos capaces de solucionar sus problemas, pero las escuchamos”.
En un acto emotivo, que sirvió para homenajear a los 10 fundadores del Club del Transitario Marítimo, tres de ellos ya fallecidos, Altisent mencionó de forma irónica el buen momento que están viviendo las navieras como contraposición a las dificultades de los transitarios. Como ejemplo de la importancia del CTM durante estos 25 años, Jaume Altisent bromeó con la casualidad de que el Club se haya convertido en el proveedor oficial de los presidentes de Ateia.

Altisent, que no quiso olvidarse del apoyo de la comunidad portuaria y del puerto de Barcelona, el presidente del CTM agradeció a Damià Calvet el trabajo realizado en este año y medio al frente de la Autoridad Portuaria. “Ha sido un mandato corto en el que nos hemos sentido escuchados y atendidos”, señaló.

El adiós de Damià Calvet
Recién llegado de Madrid, donde asistió a un acto del 30 aniversario de Puertos del Estado, el hasta hoy presidente del puerto de Barcelona, Damià Calvet, vivió su último acto institucional en el 25 aniversario del Club del Transitario Marítimo. “El Club del Transitario es un ejemplo de cómo la comunidad portuaria se pone al servicio de la economía”, afirmó Calvet. En este sentido, recordó como la Autoridad Portuaria de Barcelona es de las pocas del Estado que en su consejo de administración permite la entrada de miembros de la comunidad portuaria, como los transitarios, los consignatarios o los estibadores.
Recogiendo el guante de la intervención de Altisent, Damià Calvet habló del Club del Transitario Marítimo como “un club de personas que me han ayudado a entender el puerto, me han acompañado y, sobre todo, me han enseñado a quererlo porque ellos lo quieren”.



















