El presidente no ejecutivo de la consultora Clarkson Research Services, Martin Stopford, reconoce que hacen falta 3,4 billones de dólares para modernizar la flota marítima en el horizonte de 2050. Durante su participación en un foro sobre descarbonización, recogido en el boletín de mayo de Anave, Stopford añade que “las empresas y los sistemas regulatorios actuales no fueron diseñados para resolver los problemas que se avecinan”.
Stopford asegura que los navieros deberán invertir alrededor de 3,4 billones de dólares en la renovación y expansión de la flota para 2050. Para el presidente no ejecutivo de Clarkson Research Services, se tendrán que destinar un total de 2,2 billones a la renovación de la flota para cumplir los objetivos de descarbonización del sector y otros 1,2 billones adicionales para cubrir el coste de la necesaria expansión de la flota por el crecimiento del comercio mundial. Detallando la aportación de cada segmento, los buques portacontenedores y los graneleros asumirían cada uno alrededor del 15% de este total, los metaneros otro 12% y los buques tanque un 6%.
La proyección de Stopford parte de un escenario de crecimiento global suave que ya presentó en abril de 2020 en un documento titulado ‘Coronavirus, cambio climático y transporte marítimo inteligente: Tres escenarios marítimos 2020-2050’. Dicho escena rio estimaba que se cumpliría el objetivo de la Organización Marítima Internacional (OMI) de reducir las emisiones de CO2 del transporte marítimo mundial al menos en un 50% para 2050 respecto a 2008, pasando de los 900 millones de toneladas (Mt) de CO2 iniciales a unos 324 Mt.
Ayuda de los fletadores
Para Martin Stopford, el problema es que los datos históricos de ingresos de las empresas navieras están muy lejos de cubrir el volumen de inversión necesario y necesitarán la ayuda de los fletadores. “Entre todos deberán tomar la iniciativa y decidir en que tecnología deben involucrarse”, afirma.
En los tres escenarios presentados en su documento del año pasado, Stopford muestra que, en promedio, los buques construidos antes de 2020 representarán alrededor del 50% de todas las emisiones del transporte marítimo en 2050. Otro 22% estará́ originado por los buques propulsa- dos por combustibles convencionales construidos después de 2020 y el 28% restante pro- vendrá́ de buques de gas e híbridos.
Stopford augura que los astilleros tendrán que tomar la iniciativa en la construcción de buques que satisfagan las demandas de los fletadores y el ahorro de emisiones. Por su parte, los armadores deberán crear nuevas organizaciones y estructuras, que den a los fletadores seguridad para sus inversiones.