Los nuevos reglamentos de contaminación marítima introducidos a principios de este año, a través de la IMO 2020, podrían perjudicar a los seres humanos al contaminar los peces y crustáceos con toxinas, según un informe interno compilado por la Organización Marítima Internacional OMI), revelado por el diario británico ‘The Guardian’
En el informe, la OMI, la agencia de las Naciones Unidas responsable de regular la navegación, dice que no hay suficientes «datos de toxicidad» para poder evaluar el riesgo que supone para los humanos el aumento del uso de los sistemas de limpieza de gases de escape, que también se conocen como depuradores (‘scrubbers’). Estos dispositivos reducen la cantidad de contaminación emitida al aire por los barcos, pero los modelos más baratos y populares aumentan drásticamente la cantidad de contaminantes que se bombean directamente al mar.
Las compañías navieras se han gastado más de 12.000 millones en la instalación de miles de depuradores en buques de todo el mundo para cumplir las nuevas normas sobre contaminación atmosférica que se introdujeron el 1 de enero de 2020.
Contaminantes bombeados al mar
Algunos de los contaminantes que los expertos consideran más preocupantes y que son bombeados al mar por los depuradores son los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), que han sido vinculados a los cánceres de piel, pulmón, vejiga, hígado y estómago. En su informe, la OMI dice que «no fue posible realizar una evaluación preliminar de los riesgos de las emisiones de HAP procedentes de los depuradores, teniendo en cuenta la información disponible» y advierte que «se había mencionado la intoxicación secundaria (por el consumo de mariscos) como una posible vía de exposición para los seres humanos».
Una activista de la ONG Transport & Environment, Lucy Gilliam, ha asegurado, en declaraciones recogidas por ‘The Loadstar’, que la OMI debería dejar de usar depuradores hasta que pueda responder a preguntas clave sobre cómo los vertidos pueden afectar a la salud. «No se debería permitir a los buques utilizar depuradores si la OMI no tiene idea de las consecuencias para la salud humana y la contaminación de la cadena alimentaria».
Gilliam ha añadido que el aumento del uso de depuradores significa que cantidades cada vez mayores de HAP se acumularán en los sedimentos con el tiempo, y nadie sabe cuál será el impacto en la salud humana. «Va a tener un impacto en la cadena alimentaria y, tal como están las cosas, no tenemos información fiable sobre cuándo se superarán los límites de seguridad».
Estudios que defienden el uso de los depuradores
A principios de este año, un estudio encargado por la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) Europa, la mayor asociación comercial de la industria de cruceros del mundo, concluyó que «los sistemas de limpieza de gases de escape tienen un impacto limitado en la calidad del agua».
En marzo del año pasado, Carnival, la mayor compañía de cruceros del mundo, publicó un estudio que describía los depuradores como «una forma segura y eficaz» de cumplir con las regulaciones recientemente implementadas para las emisiones de aire más limpio.
La Alianza para un Transporte Marítimo Limpio, un grupo de presión de empresas que han invertido en tecnología de limpieza de gases de escape, dice que cree que se han realizado suficientes investigaciones y que las descargas de los dispositivos son seguras para los ecosistemas marinos.
Sin embargo, en el nuevo informe interno de la OMI se critica el conjunto de investigaciones existentes que se han publicado sobre la base del análisis de las descargas químicas de los dispositivos, diciendo que no se puede confiar en algunos de los estudios existentes. «En varios informes no se proporcionó información básica sobre las técnicas de muestreo ni sobre la garantía y el control de calidad de los métodos analíticos utilizados», dice.
Lucy Gilliam dice que muchos de los estudios existentes sobre las descargas químicas de los depuradores han sido realizados por entidades que se benefician económicamente de su uso.
El subcomité de Prevención y Respuesta a la Contaminación de la OMI se reúne del 17 al 21 de febrero en Londres y se espera un debate sobre los impactos ambientales del agua de lavado de los depuradores.