Habíamos estando preparando con cuidado la entrevista concertada con José Luis García Lena, director de la Sociedad Estatal de Salvamento y Seguridad Marítima, Sasemar. Reuniones habituales en NAUCHERglobal para compartir criterios. Repasemos. El ministro de Fomento, José Luis Ábalos nombró a García Lena en abril de este año para sustituir a Ignacio López Cano, un hombre desubicado al que no le hicieron ningún favor poniéndole al frente de Sasemar. Un alivio su cese. El actual director es ingeniero naval, inspector de seguridad marítima y venía de dirigir la subdirección más problemática dentro de la Dirección General de Marina Mercante. Sabemos de García Lena que es persona discreta, buen profesional, afable y decidido; y que resulta ser el mayor naviero español, con diferencia. Dirige una flota marítima de 4 buques de salvamento y lucha contra la contaminación marina, 10 buenos remolcadores de salvamento, 4 embarcaciones tipo “Guardamar y 55 embarcaciones de intervención rápida denominadas “Salvamares”. Además, gestiona 11 helicópteros y 3 aviones. Por otra parte, comento, están los nombres de los barcos. Los mayores buques de la flota ostentan nombres de personajes excelentes, con historia, con cultura. Uno de los mejores lleva el nombre de la gran escritora y política, injustamente olvidada, CLARA CAMPOAMOR, una mujer que se fajó en los años más cruentos del siglo XX en España con enorme talento y dignidad. Otro se llama DON INDA, en honor del político Indalecio Prieto, un gigante del socialismo democrático; los otros dos buques polivalentes de salvamento y lucha contra la contaminación ostentan en las amuras los nombres de LUZ DE MAR (que bien hubiera podido llamarse “Luz de agosto” en homenaje a Faulkner) y MIGUEL DE CERVANTES. No menos erudición, talento y espíritu democrático se desprende de los nombres de las “Guardamares”, apellidadas TALÍA o CALÍOPE, musas del teatro y la poesía; o de los remolcadores: MARIA ZAMBRANO, MARTA MATA…
¿Quién escoge esos nombres para los barcos de Sasemar? le pregunto a José Luis García Lena. “Nosotros. Los nombres se eligen en esta casa”, responde el director. Pues, felicidades, me atrevo a decirle.
RENOVACIÓN DE LA FLOTA
García Lena habla con la prudencia de quien acostumbra a medir sus palabras. “No nos ocupamos, ni participamos siquiera, en las decisiones del Gobierno español relativas a los puertos de recogida de náufragos/inmigrantes y su distribución por los diferentes países de la Unión Europea. Nosotros nos encargamos de salvar a las personas en peligro en la mar sin atender otras consideraciones”. Le pregunto por Miguel Zea, jefe del Centro de Coordinación de Salvamento de Almería, apartado del cargo cuando en Sasemar mandaba el anterior director, López Cano. “Sigue en el Centro, tiene buena relación con quien le sustituyó. Fuimos a verle Benito [Núñez Quintanilla, director general de Marina Mercante y presidente de Sasemar] y yo y hablamos con él. Le vimos tranquilo”. Hablemos de los planes de futuro: “Está pendiente de aprobación el próximo Plan Nacional de Salvamento que prevé nuevas inversiones para la renovación de la flota de buques de salvamento y de las salvamares. Sustituiremos el PUNTA SALINAS por un remolcador mayor y con mejores prestaciones. Para el futuro, trabajamos sobre tres ejes: competitividad, descarbonización e innovación. La idea es tener los barcos en puerto con energía de tierra, sin tener los motores a bordo encendidos. Y participamos de diferentes proyectos europeos que simultaneamos con proyectos propios, como el de diseñar un dron, en colaboración con EMSA (Agencia Europea de Seguridad Marítima) que nos sirva para la búsqueda de náufragos y la detección de manchas contaminantes en la mar”.
Hemos ido a hablar con Miguel Zea. Sigue trabajando en el CCS de Almería. Está tranquilo.
La entrevista con el director de Sasemar tuvo lugar en su despacho oficial, una mañana lluviosa en Madrid. Hablemos de las Autoridades Portuarias. “Tenemos con todos los puertos y, desde luego, con Puertos del Estado, una relación normal de cooperación. Con algunos puertos tenemos contratado el servicio de control de tráfico y con otros hemos firmado acuerdos para tratar los problemas de contaminación en sus aguas, cuya prevención y limpieza es competencia de las Autoridades Portuarias”. ¿Y con los puertos gestionados por los Gobiernos autonómicos? “Desde la dirección de Sasemar en general no tratamos con las autoridades autonómicas. Son relaciones que se llevan desde otras instancias y a otro nivel. A nivel operativo, son los gestores de los centros de salvamento quienes suelen tratar con sus colegas en cada Comunidad Autónoma”.
La contaminación y la sostenibilidad, un tema estrella de la actualidad. García Lena es consciente de que la introducción en el medio marino de miles de toneladas de residuos plásticos cada año constituye un serio problema para el planeta. Sasemar participa en la creación de un proyecto europeo sobre recogida de micro plásticos en el mar, “un desafío que será una línea importante de futuro en Sasemar”.
TRASLADOS DE CENTROS, LOS NECESARIOS. CIERRE, NINGUNO
Comentamos las competencias autonómicas sobre salvamento marítimo contempladas en algunos Estatutos de Autonomía, el de Cataluña, por ejemplo: “No es fácil parcelar el salvamento por zonas o por la distancia a la costa. La competencia del Estado parece lógica y sensata”. José Luis García Lena habla más pausado, o más medido, cuando se refiere a asuntos con connotaciones políticas. Su cargo es puramente técnico y él se considera esencialmente un profesional de la ingeniería naval y de la seguridad de la vida humana en el mar. Para lidiar con la política ya está el presidente de Sasemar, cargo que por previsión legal corresponde al director general de Marina Mercante. De todos modos, como la política resulta inevitable aún cuando hablemos de arte o de ciencia, insisto en preguntarle sobre el reparto de competencias previsto en la Constitución y en las leyes. Y él repite sus respuestas oficiales: los asuntos políticos no forman parte de su trabajo al frente de Sasemar. Su cometido se centra en conseguir que el salvamento marítimo español sea eficiente y responda a las necesidades y los compromisos de España en el concierto internacional.
La competencia estatal en materia de salvamento parece lógica y sensata.
¿Se va a trasladar el CCS de Gijón a la sede del centro Jovellanos? Si, responde García Lena, sin titubeos. ¿Por qué? Por razones económicas y de operatividad, por nada más. ¿Abre eso la puerta al cierre de otros centros? “En absoluto, no está previsto el cierre de ningún centro de coordinación de salvamento. Traslados de centros de coordinación se producen a menudo, y de hecho tenemos planificada la mudanza del CCS de Palma, que está en un piso, a un edificio nuevo que queremos construir. Otro ejemplo es el de Tarifa, ubicado en unos antiguos terrenos que eran militares, en los que tenemos problemas para el suministro eléctrico y para el mantenimiento de los accesos ya que está aislado. Pero, repito, no se va a cerrar ningún centro. En el Próximo Plan Nacional de Salvamento Marítimo se refuerzan los medios y el personal de Sasemar”.