En la imagen que ilustra este artículo se muestra el puerto de Shanghái, donde cientos de barcos (tanques en rojo y cargueros en verde) están esperando para cargar o descargar mercancías. El motivo de este gran atasco es el cierre, o la ralentización de las operaciones en el recinto debido al confinamiento por el Covid-19.
Para las terminales portuarias europeas y las cadenas logísticas y de suministro de la UE, es bastante obvio que los efectos en cascada resultantes de la situación que prevalece en Shanghái “serán tremendos”. En este sentido, para la Federación Europea de Compañías y Terminales Privadas (Feport) “los riesgos de congestión e interrupción una vez que estos buques se dirijan masivamente a los puertos y terminales de la UE y hagan escala en ellos son muy altos.
Por este motivo alertan que “es muy urgente anticiparse y organizarse. Las partes interesadas que representan a las líneas navieras, las autoridades portuarias, las terminales portuarias, los transportistas, los transitarios, los prácticos, los operadores de remolcadores, los operadores de transporte terrestre, los operadores ferroviarios, los operadores de transporte por carretera, etc., deberían reunirse muy pronto bajo el paraguas de la Comisión Europea para debatir cómo podemos prepararnos individual y colectivamente para evitar una pesadilla para la logística y las cadenas de suministro de la UE; de lo contrario, los consumidores y las empresas comunitarias serán penalizados”, tal y como afirma la secretaria general de Feport, Lamia Kerdjoudj-Belkaid.
En este sentido, la federación pide una “iniciativa urgente” de la Comisión Europea para reunir a todas las partes interesadas para debatir planes de contingencia.
Según Lamia Kerdjoudj-Belkaid, “después del Covid-19, el incidente de EVER GIVEN, la congestión en otras regiones del mundo, los bajos niveles de confianza en los horarios y las consecuencias de las sanciones a Rusia, las terminales portuarias de la UE no pueden ser una vez nuevamente el amortiguador que absorba todos los impactos y presiones que resultarán de la situación que prevalece en Shanghái. Necesitamos compromisos de todas las partes para actuar con el fin de adaptarnos a la situación que afectará a los puertos europeos dentro de ocho a doce semanas”.