La fecha mítica para alcanzar la descarbonización integral en la mar es 2050: ‘Cero emisiones’ es el objetivo de gobiernos, instituciones (UE) y muchos actores sociales y económicos, como armadores, grandes cargadores.. y es de esperar que muy pronto la OMI se plantee también este objetivo.
Diferentes combustibles menos contaminantes que los fósiles, emitiendo menos emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero) y otras partículas, se proponen como alternativa para alcanzar el objetivo deseado; pero no cabe duda de que la energía menos contaminante de todas es la eólica, y así hemos visto probar, y en diferentes casos poner en práctica, diversos sistemas para utilizar el viento como energía impulsora del buque. Rotores de viento, velas más o menos sofisticadas y lo que se conoce como ‘kite sail’ están siendo, no ya investigados y probados en prototipos, sino que a día de hoy se están fabricando sistemas para incorporar a buques (caso de Mitsui O.S.K. Lines) con equipamiento de propulsión eólica como asistencia a sistemas de propulsión mediante motores que consumen combustible de diferente tipo, casi todos fósiles en estos momentos. Rotores, velas y ‘kite sail’ contribuyen en todo o en parte a recortar las emisiones que emite el buque.

El ‘Canopee’, RO/RO, equipado con sistema dual de propulsión: gas natural y vela, es un ejemplo de buque mercante a vela construido con el objetico específico de transportar partes del cohete ‘Ariane’. El proyecto ‘Oceanbird’ de Wallenius Wilhemsen junto a ABB será una realidad de propulsión de ‘car-carrier’ a vela que ahorrará un 90% de emisiones. Y así podríamos a seguir poniendo diferentes ejemplos de iniciativas, algunas, como las de los rotores de viento, que llevan a bordo diferentes buques a día de hoy.
Una treintena de buques a nivel mundial
Velas y ‘kite sail’ colaboran en la impulsión de graneleros de 200.000 toneladas métricas, rotores de viento hacen el mismo trabajo en cargueros y petroleros de hasta 20.000 toneladas de desplazamiento, todo con un objetivo: disminuir al máximo las emisiones del buque.
La International Windship Association (IWA), que acoge todas estas iniciativas, estima en alrededor de 30 buques en el mundo los que utilizan estos sistemas en su propulsión. La nueva normativa IMO, que se espera después del verano de este año de 2023, las reglas de la UE para control de emisiones y las tasas que se comienzan a aplicar a partir de 2024 a las emisiones de CO2 , generarán fondos para la investigación y desarrollo de estos proyectos que veremos sería muy deseable, convertidos en realidades más extendidas en los próximo 30 años. Es lo mínimo que debemos a las nuevas generaciones.