El hidrógeno probablemente solo satisfaga el 5% de la demanda mundial de energía en 2050, dos tercios menos de lo que debería ser en una trayectoria de cero emisiones. Esta es una de las conclusiones del informe ‘Hydrogen forecast to 2050, Energy Transition Outlook 2022’ (Previsión de hidrógeno hasta 2050) de la sociedad de clasificación DNV. Aunque el estudio reconoce que el hidrógeno renovable y con bajas emisiones de carbono es crucial para cumplir los objetivos del Acuerdo de París de descarbonizar los sectores económicos, entre ellos el transporte marítimo, precisa que este tendría que satisfacer alrededor del 15% de la demanda mundial de energía a mediados de siglo.
DNV prevé que el consumo mundial de hidrógeno sea muy bajo y tardío en relación con los requisitos del Acuerdo de París, alcanzando el 0,5% de la combinación energética final mundial en 2030 y el 5% en 2050, aunque la proporción de hidrógeno en la combinación energética de algunas regiones del mundo será el doble de estos porcentajes. Asimismo, el gasto mundial en la producción de hidrógeno con fines energéticos desde ahora hasta 2050 será de 6,8 billones de dólares, con un gasto adicional de 180.000 millones de dólares en tuberías de hidrógeno y 530.000 millones de dólares en la construcción y explotación de terminales de amoníaco.
En relación, al tipo de combustible, DNV augura que el hidrógeno verde será cada vez más la forma de producción más barata en la mayoría de las regiones. En 2050, el 72% del hidrógeno y sus derivados utilizados como vectores energéticos se basarán en la electricidad y el 28% en el hidrógeno azul procedente de combustibles fósiles con CAC, frente al 34% de 2030. Algunas regiones con gas natural barato tendrán una mayor cuota de hidrógeno azul.
Reutilización de conductos de gas natural
Las consideraciones de coste harán que más del 50% de los conductos de hidrógeno a nivel mundial sean reutilizados a partir de conductos de gas natural, llegando hasta el 80% en algunas regiones, ya que se espera que el coste de reutilización de los conductos sea de entre un 10 y un 35% de los costes de nueva construcción. Para la sociedad de clasificación, “el hidrógeno requiere grandes cantidades de energía renovable valiosa o una amplia captura y almacenamiento de carbono y debería ser prioritario para los sectores de difícil acceso. En el resto, es ineficiente y caro en comparación con el uso directo de la electricidad”.
En el caso de los riesgos, el informe señala la seguridad respecto al hidrógeno y la toxicidad del amoníaco. En este línea, plantea la importancia de gestionar el riesgo de percepción pública y el riesgo financiero para garantizar una mayor aceptación del hidrógeno. Para acelerar el proceso de aceptación de la tecnología, DNV insta a desarrollar “políticas mucho más contundentes para superar las previsiones actuales, en forma de mandatos más firmes, medidas del lado de la demanda que den confianza a los productores y precios más altos del carbono”.