El ayuntamiento de Barcelona de Ada Colau presentó ayer un dossier (en forma de Anuario de la Contaminación) sobre la emergencia climática en el que viene a culpar a puerto y aeropuerto de todos los males respecto a la contaminación atmosférica por CO2 de la capital catalana, haciendo caso omiso a los informes independientes que, en el caso del puerto, cifran en un 7% la contribución del enclave a la contaminación ambiental. Según los informes del consistorio puerto y aeropuerto emiten 4 veces más CO2 que el total de la ciudad… pero no han dicho de qué chistera han sacado los datos.
En julio del pasado año, la presidenta del puerto, Mercè Conesa ofreció los datos reales con los que cuenta la autoridad portuaria ante el consejo rector de la comunidad portuaria (ver información relacionada), órgano donde el propio consistorio tiene presencia y, teniendo en cuenta que una de las principales claves en la presidencia de Conesa desde que accedió al cargo es la lucha en favor de la sostenibilidad, las recomendaciones que ha realizado el consistorio son, cuanto menos absurdas por repetitivas.
Recordar que este mismo mes de enero, la autoridad portuaria catalana ofrecía una previsión de acometer las inversiones necesarias para la electrificación de los muelles con el objetivo de reducir la emisión óxido de nitrógeno en un 51% (leer información), un 25% las emisiones de partículas en suspensión en el año 2030; y que, además, en noviembre pasado fue la propia Comisión Europea la que galardonó al puerto con el Premio EMAS (Eco-Management and Audit Scheme), donde se destaca su excelencia en materia medioambiental (leer información relacionada). Hasta donde conocemos, el ayuntamiento de la capital no ha recibido galardones desde Bruselas por su incentivación medioambiental.
Para el equipo de Colau muchos de los problemas lo causan los cruceros. Así, entre sus propuestas está la apuesta por un modelo de puerto base. Quizá sería bueno que alguien le explique al equipo municipal que el puerto lleva años apostando por esta medida, además de por la desestacionalización y con gran éxito, por cierto. Colau y Janet Sanz pretenden también que haya menos terminales de pasajeros porque claro, como todo el mundo sabe, los edificios seguro que también contaminan…
Recordar a la alcaldesa que la contaminación de los buques de crucero es sustancialmente menor que la de los ferrys de pasaje de línea regular y que estos también están en fase de mejora con los proyectos de navieras como Baleària, Grimaldi o Armas-Trasmediterránea, por ejemplo.
Entre las medidas que citó ayer el ayuntamiento está también el establecer una fiscalidad ambiental que penalice a los barcos más contaminantes con el objetivo de promover una industria naviera que apueste por combustibles limpios y la promoción de los buques menos contaminantes. Señora alcaldesa, ¿sabe usted que existe un organismo internacional llamado OMI que desde el 1 de enero promueve esta medida y que es de obligado cumplimiento?, ¿Sabe usted que el puerto ya promueve desde hace tiempo la incentivación fiscal (dentro de sus posibilidades) para el uso de combustibles alternativos?, ¿Sabe usted que, en todo caso, debe debatir este tema con el Gobierno del Estado que es a quién corresponde?
El ayuntamiento también pone su foco en la electrificación: para el equipo municipal se debe poner en marcha un proceso de electrificación del puerto, e “implementar la infraestructura necesaria para electrificar los diferentes muelles del puerto, maquinaria de tierra y flotas cautivas para reducir al máximo las emisiones de contaminantes locales”. ¿Sabe usted, señora Colau, que el puerto ha previsto una inversión de 60 millones de euros para electrificar los muelles?
Otras medidas repetitivas del consistorio pasan por impulsar energías renovables con la generación solar como punta de lanza; los accesos ferroviarios del puerto, para desarrollar el corredor mediterráneo (llevan 15 años de retrasos injustificados y no es por culpa del puerto); la aceleración en la implementación de un Área de Control de Emisiones en el Mediterráneo (MED-ECA) que depende de organismos internacionales y, en todo caso, del Gobierno del Estado y no del puerto o el Ejecutivo municipal; o adaptar los planes de futuro del puerto a los objetivos de emergencia climática, cosa que ya se hace y que está bien prevista en el plan estratégico actual y en el futuro.
Veremos qué medidas en beneficio del medioambiente plantea el propio consistorio cuando gestione el Port Olímpic. A lo mejor entonces se dan cuenta de que en el puerto de Barcelona no se están haciendo tan mal las cosas… y que en la Casa Consistorial deben cambiar de asesores o –quizá- contratar a unos asesores ya que, visto el ridículo, parece que no los tengan. Lucas 23,34: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.