Se mire por donde se mire, el panorama no es nada esperanzador para los armadores de los buques portacontenedores en la segunda mitad de 2023.
La demanda es débil, la guerra en Ucrania no cede y afecta de manera general al comercio mundial, los ‘inventarios’: stocks de los grandes operadores mayoristas de todo tipo de bienes de consumo (retailers), no terminan de descender para necesitar reponerse…. Por otro lado, y como hemos venido dando noticia, el número de grandes buques portacontenedores que se incorporan al mercado no para de crecer. Recientemente, hemos publicado que en 2023 se incorporarán a lo largo del año un número de buques con capacidad cercana a los 200.000 TEUS, lo que aumenta la oferta de espacio en los tráficos en que se empleen, sin ninguna duda.
Varios de los grandes armadores: ONE, CMA-CGM, Maersk, Evergreen…, no son optimistas; pero curiosamente no son pesimistas. La práctica totalidad evidencia que sus cifras de negocio no son brillantes ni mucho menos; pero todos piensan que a pesar de una segunda mitad del ejercicio 2023 poco alentadora, terminarán el año con cifras positivas; y eso que los gurús del sector ya se atreven a aventurar que la cifra global del volumen de contenedores transportados en el mundo decrecerá entre un 1 y un 3% a final de año, cuando a su inicio se estimaba que si bien la demanda de transporte no crecería en cifras notorias, sí que el volumen de contenedores transportados aumentaría entre el 1 y el 4 %.
Los fletes se mantienen a duras penas en niveles ligeramente superiores a 2019 y en algún caso inferior. Las ‘blank sailings’ y el ‘slow speed’ hacen que los circuitos se extiendan en el tiempo y el resultado por contenedor en cada viaje no resulte estremecedoramente bajo, manteniendo los fletes ‘spot0 en niveles aceptables para los armadores. Cierto que, según los estudios de las consultoras especializadas, los fletes de los contenedores se van manteniendo hasta final de julio ligeramente al alza; pero a la vista de todos los demás datos disponibles, nos barruntamos que en todo caso estas ligeras subidas no conformarán tendencia y ello fundamentalmente por la decidida incorporación de nuevo tonelaje al mercado, que ya hemos comentado.
Incertidumbre en la carga
Situación esta que no es la mejor incluso para la carga, pues la incertidumbre, de la que ya advertíamos a primeros de año, va a continuar con el añadido de la aplicación al transporte marítimo de las nuevas políticas de la OMI y de la UE en cuanto a la descarbonización y al uso de nuevos combustibles. Los costes de la puesta en práctica de estas políticas a partir de 2024 se van a notar forzosamente en los costes de la explotación de los buques y serán repercutidos a la carga.