Han tenido que pasar tres años -tres largos años- una pandemia, una crisis en la que aún hoy estamos inmersos… para que el sector de los agentes internacionales de carga de Barcelona volviera a reunirse. Lo hizo ayer, nuevamente, en la celebración de la 14ª edición del Día del Transitario. El barrio gótico de la Ciudad Condal fue anoche escenario de un encuentro de profesionales de la Asociación de Transitarios Expedidores Internacionales (Ateia-Oltra Barcelona): un encuentro de amigos, pero también, un encuentro de empresarios, donde se hace networking y negocio en los diferentes corrillos.

El Palau Requesens, bien cultural de interés nacional y una de las joyas de la ciudad -quizá de las más desconocidas-, y que había sido el palacio privado más grande de la Barcelona medieval, propiedad de la condesa de Palamós, y hoy es sede de la Real Academia de Buenas Letras; quedó pequeño ante la gran afluencia, unas 240 personas, que no quisieron perderse el Día del Transitario.
El acto se inició en la Galería de Catalanes Ilustres con un discurso emotivo y, a su vez, enérgico de Emilio Sanz, presidente de Ateia Barcelona, que realizó un breve repaso a la situación del sector en estos tres últimos años. Una situación “complicada” en la que el conjunto de los transitarios han sabido remar hacia adelante con total resiliencia. Sanz puso también de manifiesto los problemas actuales en el punto de inspección en frontera, «a pesar del excelente trabajo de su personal” con “la ya habitual falta de medios humanos que desarrollen su labor profesional en mejores condiciones». Falta que la Administración competente tome medidas con la aportación de más medios, reclamó el presidente de la asociación.

Tras Emilio Sanz tomó la palabra el director general de Transportes y Movilidad del Ejecutivo catalán, Oriol Martori, que incidió en el «valor del transitario como pieza clave en las cadenas logísticas», ya que, «desde su posición privilegiada, promueven la organización y la eficiencia de los sistemas de transporte».
El acto continuó con un homenaje sentido de la sala a la figura de Luis Romeu, transitario y vocal del comité ejecutivo de la asociación desde 1996 a 2021; y vicepresidente de la misma desde el año 2016 hasta la fecha de su fallecimiento. Su viuda recibió de manos del presidente de Ateia la insignia de oro de la entidad.
Posteriormente tuvo lugar el acto de entrega de distinciones a las empresas asociadas por sus 40, 30, 20 y 10 años de afiliación… que al haber pospuesto el acto durante tres años, se entregó a las compañías respecto de los ejercicios 2020, 2021, 2022 y 2023.
Los distinguidos fueron los siguientes:

Tras las entregas tuvo lugar la cena, en el patio del palacio. Momentos para conversar, departir, debatir… y hacer negocios. Entre las autoridades presentes, al margen de Oriol Martori, entre otros estaba buena parte de la plana mayor del puerto de Barcelona, encabezados por su presidente, Lluis Salvadó; su homólogo en Tarragona, Saül Garreta, la directora del aeropuerto de Barcelona, Sònia Corrochano; el capitán marítimo, Javier Valencia; personal de la Aduana de Barcelona; el presidente de la Federación Española de Transitarios, Enric Ticó; o los presidentes de alguna de las asociaciones más representativas de la comunidad portuaria catalana: Javier Vidal, Antonio Llobet y Jordi Trius.
Fue, sin duda, una gran velada: la del reencuentro de los miembros de Ateia Barcelona, entidad que se aproxima al medio siglo de vida. Feliz Día del Transitario a todos y enhorabuena por el acto de anoche al equipo de la asociación.










