La 37ª edición de la Copa América de Vela, que se celebrará en Barcelona en octubre de 2024, traerá consigo cambios importantes. A la mayor visibilidad de la ciudad, de la cultura marítima, de la sostenible o de la náutica… además del puerto y del recinto del Port Vell, se le sumará, entre otros, la reforma de la Fundación para la Navegación Oceánica de Barcelona (FNOB) que, en unas semanas, mutará para convertirse en una “nueva” fundación que dé servicio a la comunidad y pueda recoger las sinergias previas a la Copa América y el legado que dejará después la competición en la capital catalana.

Así lo ha asegurado hoy el presidente de la autoridad portuaria, Damià Calvet, en un acto celebrado en la sede del puerto. Según el presidente, la nueva funcionalidad de la FNOB pasa por coordinar el proyecto de la Copa América y el papel de anfitrión principal del puerto de Barcelona, patrón de la entidad junto al ayuntamiento, Fira de Barcelona y la Cámara de Comercio. No se descarta que entren nuevos patronos como la Generalitat o Barcelona Global en la composición de la entidad. En declaraciones a NAUCHERglobal, Calvet ha asegurado que la fundación tal y como se conoce actualmente desaparece sino que, con el cambio previsto, desarrollará un papel fundamental y, junto al Barcelona Clúster Nàutic, vehicularán los proyectos y tejerán las alianzas y sinergias con la competición deportiva.
Esta nueva etapa de la FNOB se englobará, asimismo, en su finalidad fundacional: «Convertir la ciudad de Barcelona en un referente internacional de la vela de alta competición, tanto desde el punto de vista deportivo, como el educativo, el empresarial y el científico”… y porqué no, seguir apostando en su momento por la Barcelona World Race. En este sentido según ha asegurado el presidente “todos los actores públicos y privados tendrán un papel relevante en la próxima Copa América, y queremos tenerla muy avanzada y preparada”. De ahí que la presentación vaya a ser inminente.
Calvet ha señalado este cambio en la presentación que ha realizado el ingeniero Agustín Zulueta, que ha estado de una u otra forma presente en cinco ediciones de la Copa América. Desde su amplia experiencia, su presentación, ante un aforo completo, ha servido para realizar una presentación a fondo del proyecto, conocer las necesidades técnicas y la aportación que hace la competición a la ciudad.

Antes de su intervención el vicepresidente del Barcelona Clúster Nàutic, Joan Colldecarrera, ha destacado que uno de los objetivos prioritarios de la entidad es fomentar la iniciativa público-privada. Colldecarrera ha añadido que la asociación ha querido buscar la complicidad con otros clústeres catalanes, como el Indescat (Clúster Catalán del Deporte), el MAV (Clúster Catalán de Materiales Avanzados de Catalunya) y el Secpho (Clúster de Innovación y Tecnología), para crear sinergias, ya que la Copa América supone una gran oportunidad para proponer proyectos tecnológicos a los equipos participantes y, sobre todo, para empezar a trabajar con el liderazgo del Barcelona Clúster Nàutic hacia el legado de la competición para la ciudad que citábamos anteriormente. Para Colldecarrera la competición debe servir para impulsar cinco claves: “deporte, turismo, tecnología e innovación, urbanismo y economía azul”.

Un mundo abierto de oportunidades
Introducido por Andor Serra, Agustín Zulueta ha explicado qué es la Copa América y qué puede aportar al entorno, según su amplia experiencia. El evento supone un impacto económico y social para la ciudad. “Se trata de una revolución para Barcelona ya que son más de dos años de actividad previa y hay muchas y grandes oportunidades para el desarrollo y a potenciación de la actividad industrial en sectores como el náutico el de hospitality, la comunicación o los eventos”. También supondrá “la participación de cerca de 5.000 personas y un retorno cercano a 1.000 millones de euros”.

Zulueta también ha afirmado que esta Copa América debe ser la de la sostenibilidad: “Es un deber y se debe conseguir que todos los equipos naveguen de forma sostenible”. A modo de ejemplo, ha mostrado los catamaranes impulsados con hidrógeno que, diseñados por el equipo anfitrión (Emirates Team New Zealand), serán las embarcaciones de apoyo de los competidores en la regata y –quien sabe- si su tecnología y características pueden ser usados, por ejemplo, por los prácticos del puerto en un futuro, como ha apuntado el ponente.
También ha destacado la oportunidad que supone la primera edición de la Copa América para jóvenes y para féminas y ha emplazado a que los equipos firmen un convenio de puertas abiertas de sus instalaciones para escolares o instituciones y hacer, en este sentido, que el legado que deje la competición pueda perdurar.