La carrera de los nuevos combustibles no contaminantes, cero emisiones, se presenta muy concurrida y es ya una realidad. Diversas sociedades clasificadoras, como RINA o ClassNK, han calificado ya positivamente diseños para utilizar amoníaco, células de combustible, y por supuesto metanol, siendo este último el que parece gozar de mayor predicamento si consideramos los buques ya en construcción que utilizaran este combustible, como será el caso del portacontenedores ordenado por Maersk en 2021 de 2.100 TEU, que entrará en servicio en 2023, y al que le seguirán 8 x 16.000 TEU también a consumir metanol y que fueron ordenados en 2021.
Mencionemos también el caso de ONE, que ha ordenado 10 x 13.700 TEU para ser entregados en 2025 y que consumirán metanol y/o amoníaco. Todo ello además de los buques ya operativos, como lo son los de CMA-CGM, que consumen LNG, al que algunas instancias lo consideran únicamente como un combustible de transición hasta 2050, siempre y cuando los defensores del LNG no lleguen a desarrollar una variante del producto que pueda ser considerada como no contaminante.
La cuestión, en fin, es que además de los nuevos combustibles, que no deberán ser demasiados, serán necesarias inversiones para su producción y su suministro a buques, infraestructuras en tierra; esas inversiones se cifran en 25.000 millones de dólares al año desde 2025 hasta 2050 para crear precisamente esa red de suministro, sobre todo de los llamados ‘electrofuels’ (combustible verde, fundamentalmente hidrógeno obtenido a partir de la electrólisis del agua, obteniendo la electricidad a partir de energías renovables). Y siendo la UE un actor muy comprometido en los objetivos de ‘cero emisiones en 2050’, con seguridad que hay y habrá inversiones para estos combustibles ‘verdes’. El caso de las nucleares y del LNG calificado ya como ‘verde’ por la UE, no lo vamos a considerar aquí.
En 2023, el ‘Fit for 55’
Y ya hemos mencionado en otro lugar que el 1 de Enero de 2023 comienzan a aplicarse las normas ‘FITfor55’ de la propia UE , en el ámbito marítimo: ‘Fuel EU Maritime, cuyo objetivo es el de reducir las emisiones en un 55% como mínimo en 2030, respecto de las de 2009 y que afectarán a los buques de más de 5.000 toneladas de GRT. El panorama es apasionante y los retos son de mucho calado. Será 2023 el año en que debería de clarificarse este bosque de medidas. 2050 está a la vuelta de la esquina.