Está generalizado el reproche que muchas personas relacionadas con el sector marítimo-portuario lanzan contra la Administración marítima española a la que acusan de negligente y descuidada. No se controlan los problemas técnicos y sociales de los buques, o se controlan mucho menos que en los países de nuestro entorno europeo. Es posible que la crítica no esté exenta de realidad y que en algunos puertos, por falta de personal u otros problemas, pasen sin control ni sanción buques en estado lamentable y tripulaciones sin los derechos reconocidos en los convenios de la Organización Internacional del Trabajo y en otros instrumentos legales aplicables al trabajo marítimo. Pero en otros puertos se ejerce una vigilancia de la legalidad internacional tan exigente como en Francia, Alemania, Gran Bretaña o Estados Unidos.
Veamos cuatro ejemplos recientes en el puerto y bahía de Algeciras, uno de los enclaves más complejos del sistema portuario español, con una Capitanía Marítima que trabaja con efectividad para garantizar la seguridad de la navegación y el cumplimiento cabal de las normas legales en vigor sobre condiciones de vida para la dotación de los buques, salud e higiene a bordo (en particular en estos tiempos de pandemia por Covid19), y prevención de La contaminación.

1. El ZEIN 1 es un buque de transporte de ganado, bandera panameña, que debido a una serie de contagios encadenados por Covid19, permaneció en lastre varias semanas, por cuarentena y trato médico, en el fondeadero Delta de la bahía de Algeciras. Posteriormente, la Capitanía Marítima recibió una denuncia sobre impago de salarios desde el mes de junio. Debido a la cuarentena, los inspectores de seguridad marítima no pudieron acudir al buque, pero procedieron para retenerlo y retirarle el despacho (Ship Clearance) hasta que no se abonaran todos los salarios. Sólo se le permitió la salida hacia Montevideo cuando el capitán presentó en Capitanía la prueba bancaria de haber satisfecho los salarios adeudados.

2. El TIN ZIREN, buque argelino de carga general procedente de Tarragona y despachado hasta Houston (Estados Unidos), atracó en el puerto de Algeciras para tomar combustible. La Capitanía Marítima recibió un aviso de defectos graves en la maquinaria del buque. Cuando se procedió a la inspección, en el marco del control por el Estado del puerto (PSC, Port State Control), los funcionarios detectaron que el buque tenía serias averías en la máquina principal y varios certificados estatutarios caducados. Se ordenó la detención del buque por una colección de graves deficiencias en la máquina principal, en diversos equipos de seguridad y por graves incumplimientos del Convenio sobre Trabajo Marítimo (CTM-2006). Tras dos meses de estancia de en el puerto de Algeciras, y ante la imposibilidad de reparar la máquina, el armador solicitó descargar a otro buque y dirigirse directo a astillero. Trasvasada la carga al buque EMSLIF NADINE, el TIN ZIREN solicitó autorización para dirigirse al astillero ERENAV en Bejaia, Argelia. El buque zarpó hacia el astillero después de depositar un cuantioso aval en la Caja General de Depósitos para hacer frente a la eventual sanción que pudiera recaer sobre el expediente sancionador abierto por la autoridad marítima; la aprobación de los inspectores tras una rigurosa valoración del estado del buque; y tras presentar cartas de aprobación de la sociedad de clasificación, el Estado del pabellón y el compromiso del astillero.

3. El EM HYDRA, containero de bandera liberiana, fue sometido a una inspección PSC, de acuerdo con los prescrito por el Memorándum de París (MOU París) y con los datos que figuraban en la base de datos Thetis, de EMSA (Agencia Europea de Seguridad Marítima), que situaban al buque en prioridad I. Durante la inspección, los funcionarios detectaron que el buque estaba deslastrando agua procedente del puerto de Monrovia, Liberia, operación prohibida por el Convenio Internacional para el control y la gestión del agua de lastre y los sedimentos de los buques (BWM 2004) ya que el buque no disponía de planta de tratamiento de lastres y tampoco había realizado las operaciones de intercambio de agua de lastre en alta mar. Además, los inspectores detectaron severas deficiencias en los equipos de carga y en las condiciones de vida a bordo. Se procedió a abrir el correspondiente expediente sancionador y detener el buque hasta efectuar las reparaciones de mayor importancia para la seguridad de la vida humana en la mar, y tras depositar 30.000 euros como aval en la Caja General de depósitos de Hacienda.

4. El AVENCA es un petrolero de bandera chipriota que se encontraba en Algeciras llevando a cabo unas reparaciones rutinarias. A finales de febrero de 2021, el buque emitió una extensa humareda. La Capitanía Marítima y el Centro Local de Salvamento (CLS) trataron de contactar por radio con el buque, pero no fue posible, de modo que dos inspectores de seguridad marítima se dirigieron al buque para conocer las causas del incidente. Los inspectores detectaron una válvula de admisión de la caldera auxiliar averiada, lo que había provocado una salida extraordinaria de humos por arranque defectuoso de un motor auxiliar. Se abrió expediente sancionador y se obligó al buque a reparar las averías. Tras depositar el aval bancario correspondiente para hacer frente a la eventual sanción que pudiera recaer en el expediente, el buque fue autorizado a hacerse a la mar.
NOTA. La foto de portada corresponde a la Capitanía Marítima de Algeciras