Día radiante el de este jueves en el Salón Náutico de Barcelona, a pesar de las inclemencias meteorológicas de primera hora. Bullicio de gente en los pasillos, comerciales y potenciales clientes estableciendo diálogo, diversas e interesantes jornadas empresariales pero, ante todo, la presencia de Benito Núñez Quintanilla, director general de Marina Mercante; y de José Luis Ábalos, ministro de Fomento en funciones.
Los he puesto en este orden a propósito: en primer lugar porque la presencia del director general ha sido anterior a la del titular de Fomento pero, en segundo lugar, y quizá más importante, porque el primero ha acudido a Barcelona a brindar su firme apoyo a la náutica, mientras que el ministro lo ha hecho en modo precampaña y sin haber estudiado –al menos en el trayecto- nada sobre este sector.
Núñez ha intervenido esta mañana en un desayuno organizado por la patronal ANEN en el Real Club Náutico ante poco menos de un centenar de empresarios del sector. Marina Mercante acude al Salón Náutico de forma habitual y, tal y como han reconocido desde la esfera empresarial y el propio director, en un ambiente de gran cordialidad, gracias al diálogo fluido que existe entre las partes impulsado por su antecesor Rafael Rodríguez Valero.
Medidas para mejorar el sector
En su breve ponencia el director general ha abogado por seguir prestando la atención que este sector merece, a pesar de la falta de fondos y voluntad política de crear una subdirección general de Náutica de Recreo, algo que el empresariado reclama desde hace muchos años. En el orden del día, ha señalado que está en tramitación normativa la Orden Ministerial sobre el material náutico de seguridad en las embarcaciones de recreo; algo que va más lento de lo que podía preverse debido a dos factores: su tramitación con la Unión Europea y, sobre todo, la falta de gobierno.
Benito Núñez también se ha referido a que la DGMM está estudiando la puesta en marcha de una reglamentación para los buques históricos, que también tendrá repercusión en la náutica y en el que se prevé la incentivación fiscal para unidades históricas que ya forman parte del patrimonio náutico del país.
También ha hecho referencia a la importancia del componente medioambiental, “un punto que debemos abordar dada la importancia que tiene en las embarcaciones”, apuntando a los suministros y las emisiones y con la idea en mente de poder incentivar fiscalmente a las menos contaminantes, como ya pasa con el sector de la automoción.
Un inciso en este punto, antes de su intervención, el secretario general de ANEN, Carlos Sanlorenzo, ha confirmado que la entidad, conjuntamente con AEGY, presentó denuncia contra el Reino de España (como ya avanzó NAUCHERglobal en el congreso de Palma de Mallorca) ante los estamentos europeos por el injusto impuesto de matriculaciones que grava con un 33% la compra de embarcaciones de recreo, al sumar este impuesto a un IVA del 21%, y atendiendo a que se trata de un canon que no se refleja en la marina de recreo de otros países del entorno, lo que daña seriamente desde hace muchos años al sector náutico.
Explicado esto, la intervención del director general continuó haciendo referencia y entonando el mea culpa ante el déficit de capacidad de respuesta de las capitanías marítimas españolas, sobretodo en el período estival, y que supone, por un lado “un engorro para los profesionales y una gran carga de trabajo para el personal que forma parte de cada capitanía”. En este sentido, afirmó que “estamos buscando la fórmula más beneficiosa que ayude a la agilización de los despachos”.
Respecto de las titulaciones, ante el auge de la demanda (ver artículo relacionado) el director general ha señalado que ve posible ampliar las convocatorias de examen para nuevos titulados y ha recordado cómo, en el año 2010, bajo la presidencia española de la Unión Europea, se trazó un plan para armonizar todas las titulaciones a escala comunitaria y que los países del Norte de Europa se negaron rotundamente a aceptar esta medida… pero sigue estando en mente.
El director general también hizo referencia a que no ve clara la equiparación de las tasas al sector náutico en los puertos de interés general y los autonómicos. “Sin duda sería complicado armonizar y homogeneizar los pagos y, en caso de hacerse, sospecho que sería al alza”, lo que contribuiría a una desaceleración.
Ábalos: “No conozco con exactitud la cuestión de la fiscalidad”
Cómo explicábamos anteriormente el Salón también recibió a mediodía al ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos. Su intervención ante los medios de comunicación congregados distó mucho del porqué de su presencia en un acontecimiento ferial náutico. La presencia de cámaras de televisiones, radios y medios generalistas bien podría haberla realizado en cualquier otra ubicación: cuestiones sujetas a la precampaña electoral y la próxima sentencia del Supremo sobre el Procés fueron las bases de su discurso.
La única inmersión en la náutica se produjo tras la pregunta de NAUCHERglobal sobre el citado impuesto de matriculaciones. Se limitó a comentar que “mi presencia aquí significa que le damos importancia a este evento [podrían haber aparecido ayer en la inauguración oficial]. Nuestro país es claramente costero y vinculado al mar y todas las actividades náuticas y de navegación nos interesan, son importantes y contribuyen mucho a la economía. De la cuestión de fiscalidad que me plantea siento no poderle responder porque no la conozco con exactitud, pero nos interesa; como nos interesan también todos los certámenes vinculados al crecimiento económico allá donde se ubiquen y este es un Salón importante en su actividad económica pero también en su ubicación”. Decir esto y nada es prácticamente lo mismo. Poco más a añadir.
El ministro dio el clásico paseíllo acompañado por el presidente del Salón, Luis Conde y, en el stand de ANEN fue recibido por Carlos Sanlorenzo y varios directivos de la patronal que le hicieron entrega al ministro de un informe de la situación. Si tiene tiempo y ganas de aprender, lo leerá. Mientras se instruya Ábalos, lo mejor es que la asociación –que reúne a más de 800 empresas del sector náutico- siga tratando con una DGMM que, pese a depender del propio ministerio de Fomento y no disponer de recursos para mejorar como merece, actúa con mayor premura en favor de empresas y navegantes.