Seis son los sospechosos de haber provocado o contribuido a causar el naufragio de la nave y la muerte de 32 personas. Cinco eran tripulantes del COSTA CONCORDIA, entre ellos, como actor principal, el capitán del buque, Francesco Schettino, a quien se hace responsable, por negligencia grave, de la varada del buque y de no haber informado a tiempo a las autoridades marítimas, y a quien se acusa de haber abandonado el buque cuando aún quedaban pasajeros a bordo sin evacuar. En rebeldía, por encontrarse en paradero desconocido, también figura como sospechoso el timonel de guardia en el momento de la varada, el indonesio Jacob Rusli Bin, que se supone contribuyó a la tragedia al confundir una orden momentos antes de la varada.
El sexto sospechoso que se sentará frente a la justicia es Roberto Ferrarini, el jefe de la unidad de crisis de la naviera del buque, Costa Crociere, responsable de no haber avisado a tiempo a los servicios de rescate de la Armada italiana, retrasando con ello las tareas de salvamento.
Todos ellos habrán de hacer frente a la posible acusación de homicidio imprudente.
Estas sesiones previas tendrán lugar en Grossetto, la ciudad más próxima al lugar del accidente, donde todavía se encuentra el COSTA CONCORDIA, próximo ya a finalizar la costosa operación de reflote que la empresa estadounidense Titan está ejecutando. Los supervivientes del naufragio y los abogados personados en la causa están autorizados a asistir a las sesiones
Aunque la mayoría de los supervivientes han aceptado las compensaciones ofrecidas por la naviera, unos 11.000 Euros por persona, quedan varias decenas de pasajeros, sobre todo aquellos que resultaron heridos o perdieron algún familiar, que exijen una indemnización muy superior (hablan de un millón de Euros por persona) y están dispuestos a llegar hasta el final.
Codacons, una asociación de consumidores que ha denunciado a Costa Crociere en nombre de varios supervivientes, ha publicado un informe, encargado a diferentes expertos, que demuestra que el buque padecía numerosos fallos y deficiencias que afectaron al salvamento. Bruno Neri, uno de los profesores contratados por Codacons, declaró recientemente que “Schettino no es, finalmente, más que un chivo expiatorio”