La Autoridad Portuaria de Vigo acaba de adjudicar una de sus obras estrella, la de la mejora de la eficiencia energética en la lonja. Se trata de uno de los capítulos más destacables dentro de su proyecto de Lonja 4.0 o “Lonja del Futuro”, lo que la convertiría en la primera lonja en funcionar con energías renovables.
Para alcanzar ese objetivo, la autoridad portuaria ha destinado más de 2,6 millones de euros (sin IVA) a la UTE Demaín Obras y Servicios – Frimarte, que será la empresa encargada de realizar los trabajos en un plazo de seis meses.
Entre las actuaciones previstas se encuentran aquellas destinadas a establecer una temperatura adecuada en el interior de las salas de subastas, la instalación de energías renovables mediante generación eléctrica fotovoltaica –de manera que se reduzca el nivel de dependencia energética de la autoridad portuaria-, la mejora de las condiciones de aislamiento de la envolvente exterior, y la instalación den nuevos equipos de refrigeración y sistemas de depuración de agua salada, entre otras.
Tanto el edificio del mercado como el de la lonja contienen instalaciones frigoríficas que debido a su antigüedad y al ambiente marino agresivo en que trabajan, tienen unas prestaciones muy inferiores a las de una nueva instalación de hoy en día.
Por otra parte, las condiciones de diseño de la instalación actual han sido mucho menos exigentes de las que se debe y quiere exigir hoy en día. En consecuencia, los cerramientos del edificio no son adecuados para las nuevas condiciones y la potencia de diseño de la instalación actual es baja.
El resultado de todo esto es que la temperatura más fría que se puede mantener dentro de las salas de exposición y venta de ambos edificios está muy condicionada por las condiciones ambientales exteriores, pudiendo estar por encima de los 18ºC en verano, temperatura que no es favorable para la conservación del pescado y que rompe la cadena de frío.
Consciente de ello, la autoridad portuaria está dando los pasos necesarios para mejorar tanto el edificio como sus instalaciones buscando, por un lado, mantener una temperatura ambiente en el interior de las salas de exposición y venta de 8ºC en cualquier época del año, para lo que se mejorará la instalación de refrigeración y, por otro, minimizar el consumo energético de las instalaciones, así como los gastos de explotación y su impacto medioambiental, contando con el apoyo de una nueva instalación fotovoltaica para autoconsumo.
Por otra parte, estos edificios tienen un gran consumo de agua salada que se utiliza para baldeo y para lavado de pescado. Por ello, el puerto olívico ve la necesidad de mejorar estas instalaciones para garantizar que se suministra a los usuarios con unas cualidades óptimas de desinfección, caudal y presión.
