El Tribunal norteamericano ha emitido una orden a las autoridades internacionales para evitar que Sea Shepherd vulnere la decisión y, asimismo, ha formulado una alerta –con código rojo- a la Interpol para mantener bajo custodia a Paul Watson, militante de la organización, según la que se le prohíbe atacar físicamente a buques como el del Instituto Japonés de Investigación de Cetáceos. Además, se prohíbe la entidad navegar de una forma que puede poner en peligro la navegación segura del resto de embarcaciones.
Los demandantes son Kyodo Senpaku Kaisha Ltd., la compañía que dirige las misiones de caza de ballenas, y Tomoyuki Ogawa y Toshiyuki Miura, patrones de dos buques balleneros.
Charles Moure, abogado de Sea Shepherd, mostró su decepción ante la medida cautelar y anunció que “tenemos la intención de luchar contra la orden”
Japón caza ballenas a través de una laguna legal que permite matar a estos mamíferos marinos para la investigación científica, a pesar de que la carne sea vendida más tarde en las tiendas y restaurantes.
Por su parte, Paul Watson confirmó este mes que estaba de regreso a bordo de un barco de Sea Shepherd y listo para hacer frente a los balleneros después de haber efectuado el pago de una fianza tras su detención en Alemania donde tenía cargos derivados de una confrontación con cazadores de tiburones.