El proyecto afectará a un mínimo de 500 buques construidos en una época en que los combustibles eran baratos y las normas medioambientales menos exigentes. En la actualidad, los altos precios de la energía obligan a muchos potacontenedores a navegar a velocidad reducida para ahorrar combustible. Esa velocidad afecta negativamente el rendimiento de los motores y de las hélices. Las nuevas construcciones van equipadas con máquinas y diseños eficientes, en términos de consumo, pero esa solución no afecta a los innumerables buques existentes que navegan por el mundo.
“Este proyecto es singular en cuanto pretende aportar soluciones tecnológicas y de diseño, combinadas, para optimizar el consumo de combustible en buques existentes. El objetivo es reducir el consumo entre un 5 y un 10 por ciento. Además, el proyecto servirá para estrechar la colaboración en I+D con dos organizaciones mujy importante para nuestra empresa” ha declarado Niels Bruus, responsable de innovación de Maersk Line.
Si el proyecto resulta, la idea es probarlo en un buque prototipo para evaluar sus resultados. Maersk ya ha adelantado que, en la medida que lo permitan sus obligaciones comerciales, pondrá un buque al servicio del proyecto.