Una cuarta parte del transporte marítimo europeo funcionará con gas renovable en 2030, ya que los objetivos de sostenibilidad equivocados de la UE fomentan el uso del GNL, según un nuevo estudio de Transport & Environment. Esto bloqueará el uso de los combustibles fósiles durante décadas y aportará escasos beneficios para el clima, afirma T&E. Delphine Gozillon, responsable de transporte marítimo sostenible de T&E, dijo: «El sector del transporte marítimo es uno de los más contaminantes del mundo y depende en gran medida de los combustibles fósiles. La vieja narrativa del gas como combustible de transición no se sostiene. No podemos permitirnos pasar de un combustible fósil a otro. No nos llevará a cero emisiones en 2050 y, al poner más metano en la atmósfera, puede incluso calentar el planeta más rápido».
El año pasado, la Comisión Europea propuso una ley que obliga a los operadores de buques a reducir la huella de carbono del ciclo de vida de los combustibles. Los objetivos de la UE, que se endurecen con el tiempo, están pensados para eliminar gradualmente los buques más contaminantes impulsados por petróleo y, en teoría, impulsar la adopción de combustibles sostenibles. En su lugar, serán sustituidos por buques fósiles impulsados por GNL, a los que la normativa da luz verde hasta bien entrada la década de 2040. Según el informe, con unos costes mucho más baratos que los de las alternativas realmente limpias, el GNL representará el 23% de la energía total utilizada en el transporte marítimo de la UE en 2030, frente al 6% actual. Muchos de los buques actuales de GNL son incluso peores que los buques tradicionales a los que sustituyen.
Tal y como está la propuesta de la Comisión, los buques tendrán pocos o ningún incentivo para cambiar a alternativas más sostenibles, como el hidrógeno verde o los combustibles basados en el hidrógeno, conocidos como ‘e-fuels’. En la actualidad no existe un mandato para los e-combustibles, lo que significa que los armadores pueden confiar en el GNL fósil y en los dudosos biocombustibles para cumplir los objetivos de la UE hasta la década de 2040.
Incentivos para hacer crecer la demanda
Delphine Gozillon concluyó: «Los responsables políticos europeos deberían introducir cuotas e incentivos específicos para impulsar la demanda de combustibles basados en el hidrógeno. Existen soluciones realmente limpias, pero actualmente son caras. Si iniciamos la demanda ahora, el futuro del transporte marítimo ecológico es posible. Si seguimos perdiendo un tiempo precioso con el gas fósil, empezará a parecer imposible».
T&E recomienda que se establezca un objetivo del 6% de e-combustibles en el transporte marítimo para 2030 como la forma más directa de garantizar la oferta y la demanda de combustibles sostenibles, al tiempo que se proporciona previsibilidad comercial a los armadores y proveedores de combustible. Sin esta cuota mínima de e-combustibles y unos objetivos más estrictos en materia de gases de efecto invernadero, la descarbonización total para 2050 será probablemente inalcanzable.
La ley de combustibles marítimos de la UE – FuelEU Maritime – se está debatiendo actualmente en el Parlamento Europeo y en el Consejo, y se espera un texto final en la segunda mitad de 2022. T&E hace un llamamiento a los responsables políticos para que adopten cambios clave en la propuesta.