Sobre las 10 de la noche (20.00 horas GMT) de ayer sábado, 28 de agosto de 2021, el catamarán de alta velocidad (High Speed Craft), SAN GWANN, de la naviera alemana FRS (Förde Reederei Seetouristik Iberia SLU, o Ferrys Rápidos del Sur SLU), embarrancó en un islote de Es Malvins, a la salida del puerto de Ibiza, cuando se dirigía a Formentera con 35 pasajeros a bordo. A consecuencia de la colisión un niño sufrió graves heridas y varios pasajeros resultaron afectados de diversa consideración.


El SAN GWANN es un ferri Ro-Ro, con capacidad para transportar pasajeros y vehículos, de 49 metros de eslora por 12 de manga, construido en 2001 y abanderado en Malta.
Este accidente se produce 16 días después de que el ferri de Baleària FORMENTERA DIRECT abordara una pequeña embarcación de recreo en la bocana del puerto de Ibiza, a resultas de la cual murió una de las personas que estaban en la embarcación de recreo.
Nada se sabe todavía de las circunstancias del accidente (velocidad del ferri, tráfico en la zona, condiciones del buque y de la tripulación), y por tanto sus causas están por aclarar, si bien los datos conocidos permiten inferir que nos hallamos de nuevo ante un error en la navegación. La visibilidad y las condiciones de mar y viento eran buenas. El catamarán estaba tripulado, según las primeras informaciones por 12 personas.

En un artículo publicado en NAUCHERglobal el pasado 9 de julio (ver aquí), el capitán de la marina mercante Abel Aleixandre afirmaba que los accidentes e incidentes de buques de pasaje habían de ser investigados con el máximo rigor y profundidad. Cuando la causa directa del siniestro sea la negligencia o el error humano –afirmaba Abel Aleixandre– debería ampliarse el examen a capas más profundas y complejas que ayuden a entender la causalidad, y por consiguiente a mejorar la seguridad. En la mayoría de los casos habrá causas indirectas que expliquen las negligencias profesionales y los fallos humanos causantes directos de los accidentes.
Y añadía, en su crítica a los informes que publica la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim), que las investigaciones deberían entrar en el estudio de la cultura de la seguridad en las compañías, en su gestión náutica, en las políticas de personal y también en la complejidad del comportamiento humano para entender accidentes inexplicables, como solemos ver en ocasiones sobre todo en embarcaciones rápidas, en dónde marinos experimentados conocedores de los buques y de las zonas de navegación cometen errores impensables.
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