A partir de enero de 2021, si no se alcanza antes un acuerdo político entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido, cualquier movimiento de mercancías con destino al país británico será considerado como una operación de comercio internacional. En ese supuesto, el Brexit impactará sobre el sector logístico, aunque de una manera todavía indefinida y concreta. Estas han sido las conclusiones del debate ‘Impacto del Brexit en el sector de la logística’, que se ha celebrado en el marco de la Barcelona New Economy Week (BNEW).
En la sesión, moderada por la directora de la Cámara de Comercio Británica en España, Eva Prada, se ha constatado la falta de claridad, denunciada por las empresas, sobre el escenario de relaciones entre el Reino Unido y la UE a partir de 2021. Una de las conclusiones es que las compañías, especialmente las del ámbito logístico, pagarán más impuestos y aranceles.
En este sentido, el gerente de Comercio Internacional de KPGM Abogados, Xavier Just, ha avanzado que en el nuevo paradigma comercial, sea fruto de un Brexit duro o de una salida acordada, tomará relevancia la figura del representante aduanero. Además, se requerirán “nuevos documentos que acrediten el valor y el origen de las mercancías y también certificaciones sanitarias y fitosanitarias”.
Retrasos en las entregas
En el hecho hipotético de que se instalen aduanas físicas y documentales, Just considera que se darán retrasos medios de dos días en la validación y en la entrega de la mercancía. En el caso del Reino Unido, este es el cuarto destino del transporte español, sobre todo en bienes de equipo, automóviles y sector agroalimentario. “En caso de una salida sin acuerdo, el impacto de los aranceles es un coste que las empresas deben integrar y que no pueden deducir”, ha recordado el abogado.
Pendientes de la decisiva reunión que tendrá lugar el día 15 de octubre entre el Reino Unido y la UE, la esperanza de Just es que se eliminen o se reduzcan al máximo los aranceles, en una relación similar como la que tienen las empresas comunitarias con las japonesas. Esa posibilidad solo afectaría a la mercancía con origen británico o europeo, no a la reexportada.
Hacia un acuerdo preferencial
Precisamente, “no olvidar nunca el origen de la mercancía” es lo que ha pedido el presidente de Ateia Oltra Barcelona, Emilio Sanz. Durante el debate, el representante de las empresas transitarias ha mostrado sus dudas de que “haya un divorcio amigable”. En un entorno incierto y de inseguridad jurídica para las compañías, Sanz ha recordado que el Reino Unido supone un 15% del PIB de la UE. Por eso, ha solicitado “un acuerdo preferencial, ya que me niego a pensar que en menos de dos meses, el Reino Unido será un país tercero”.
“Al principio, será caótico”, ha pronosticado Sanz, ya que diariamente 8.000 camiones llegan cada día al Reino Unido para entregar sus mercancías. Su pronóstico es que la transición hacia el Brexit “será más suave de lo que la gente piensa, pero afectará a una caída del consumo”. Eso sí, los dos ponentes han coincidido en el deseo de que el final del conflicto se concrete en un acuerdo preferencial de comercio.