Durante el reciente ‘Logistic for Europe Forum, celebrado en Bruselas el pasado día 23, tuvo lugar, no por sabida menos interesante, una confrontación entre dos opiniones opuestas en el mundo marítimo. La voz de la Fiata, a través de su presidente, Jens Roemer, y la del representante de la WSC (World Shipping Chamber); transitarios versus armadores. Y el punto de confrontación: la CBER (Consortia Blaock Exemption Regulation), que en palabras de Jens Roemer, “ha sido el instrumento que ha permitido mantener una situación de oligopolio a los armadores en el transporte marítimo de contenedores”. Claro que el representante de la WSC, Damian Viccars, puntualizó que la CBER es un instrumento que ha ayudado al desarrollo del transporte y a la mejora y eficacia de las cadenas de suministro.
La revisión de la CBER tendrá lugar en marzo/abril de 2024 y hasta entonces asistiremos a una dura pugna entre dos partes: de un lado, la que representa Fiata, y otros usuarios del transporte marítimo que pretenden simplemente su abolición y, de otro lado, la WSC, para la que, a la vista de la situación hoy y la que se espera en 2023 con una retracción muy seria de la demanda, la CBER representa la posibilidad de seguir manteniendo una supervisión del mercado que no se convierta en una disputa descontrolada entre armadores por llevarse un trozo del pastel. Las espadas están en alto y la decisión final será del Comisión Europea