Barcelona, puerto de referencia en el mundo de los cruceros, recibió en el año 2014 algo menos de dos millones y medio de cruceristas, embarcados en buques tripulados por más de cien mil trabajadores, pero apenas se producen aquí contrataciones de personal. De hecho, el porcentaje de tripulantes españoles o residentes en España es prácticamente nulo.
La opinión generalizada, sostenida por la experiencia del Stella Maris en su labor de atención social a las tripulaciones, muestra que la vida del tripulante de cruceros -personal de cámara y fonda sobre todo- resulta muy dura, mal pagada, con muchas horas de trabajo y escasa intimidad, lo que provoca que sean en general personas sumisas, sin muchas expectativas y provenientes en su mayoría de países asiáticos y sudamericanos.
La contratación de personal a gran escala, y la exigencia de que este personal disponga de unos ciertos cocimientos de seguridad marítima antes de embarcar, genera la existencia de una serie de empresas intermedias que se encargan del reclutamiento y la formación certificada de dicho personal.
Contando con estos datos de partida, pero sin apriorismos, los organizadores de la Jornada se preguntaban si, a día de hoy, trabajar en un crucero, ¿es una opción? El propósito era dar una visión general del sector de los cruceros; examinar cómo funciona y que necesita un crucero a nivel laboral; y analizar las condiciones de trabajo y el camino de acceso.
Para ello, contaron con una mesa de ponentes integrada por Juan Madrid, ex director Comercial del Puerto de Barcelona y creador de esta línea de negocio; Alfredo Serrano, ex director general de Iberocruceros y Costa España; Julianna Rabbi, directora de reclutamiento de personal en Europa, Oriente Medio y África de Royal Caribbean (Shipboard Recruiter EMEA -Europe, the Middle East and Africa); y Anuska Ibáñez, ex tripulante de cruceros.
Merced al trabajo previo de difusión, al acto asistieron diversos responsables de institutos de FP de hostelería y turismo, algunos de ellos acompañados por algunos alumnos; personal docente de la Facultad de Náutica; organizaciones y entidades especializadas en la promoción de empleo de las ciudades de Barcelona y Hospitalet; varias empresas, miembros del Clúster Náutico; y un nutrido grupo de titulados de la marina mercante, de puente y de máquinas.
Las intervenciones de los ponentes, didácticas y muy profesionales, resultaron de enorme interés. El posterior debate puso de manifiesto:
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El gran desconocimiento de los centros de formación y de promoción de empleo sobre el sector de cruceros.
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La falta de relación entre el puerto y los institutos de FP; y entre estos y las navieras, no sólo la Royal Caribbean.
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Un sector con una gran perspectiva de crecimiento y capaz de generar nuevos puestos de trabajo.
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La limitación que supone para nuestra gente el bajo nivel del idioma inglés.
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La no contratación de tripulantes y grupos de animación españoles.
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La dificultad que supone para una persona el embarque y la vida a bordo.
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La nacionalidad de los tripulantes actuales filipinos, asiáticos en general…
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El camino de acceso para emplearse en la Royal Caribbean es sencillo y rápido.
Por parte de algunos asistentes, marinos que conocían el sector de los buques de pasaje, se cuestionaron los bajos salarios, los contratos abusivos, la dureza de la vida a bordo, la dificultad de obtener los certificados de formación necesarios y su excesivo coste.
Los responsables de los institutos de FP y de las entidades y organismos de promoción de empleo, cuyo seguimiento de la Jornada les resultó difícil en algunos momentos, descubrieron un sector con muchas posibilidades, a analizar en profundidad.
Los ponentes de la mesa insistieron en que las oportunidades que presenta este sector son serias, que crecerán en el futuro, que no valen para todos, pero que son válidas para un determinado tipo de trabajadores. En definitiva, que se trata de un sector que debe tenerse en consideración y que alberga enormes posibilidades de empleo si son impulsadas con convicción y medios.