Los logros de Toni Tió son atribuibles a su dedicación y búsqueda de la máxima calidad. Y a la extraordinaria pasión y convicción que pone en todas sus empresas y que transmite a quienes le rodean. Ahora está empeñado, desde BCN, en el progreso de un sector que tiene todavía mucho margen de mejora y mucho camino por delante: la náutica. Especialmente las grandes esloras, precisa, el segmento que mayor empleo y beneficio proporciona a la comunidad.
La entrevista tuvo lugar en la sede de NAUCHERglobal, seguramente la última entrevista, pues el Ayuntamiento que dirige Ada Colau ha decidido desahuciar a las pequeñas empresas que nos alojábamos en el vivero de organizaciones y empresas marítimas del Edificio El Far para, fanfarronean, dedicar el espacio a la “economía social”. Lo escribimos entre comillas pues no sabemos lo que eso significa para el equipo Colau, si es que significa algo. Lo que parece claro es que considera la alcaldesa que quienes ocupábamos el vivero (el Colegio de Ingenieros Navales, la Asociación Catalana de Capitanes de la Marina Mercante y Estudios Marítimos Naucher, entre otros muchos), y pagábamos un alquiler bastante elevado, por encima incluso del mercado, no somos “economía social”. A saber qué se figuran. En fin.
PREGUNTA. ¿Qué objetivos persigue el Barcelona Clúster Náutico?
RESPUESTA. Queremos generar una dinámica de cambio en el sector de la náutica que transforme la industria marítima de recreo en un motor económico para Barcelona, y su área metropolitana. Según un estudio llevado a cabo por la Cámara de Comercio, contamos con 350 empresas, 8.300 puestos de trabajo y una facturación de 836 millones de euros. Nuestro objetivo es multiplicar estas cifras por seis en los próximos años. Siempre hemos infravalorado nuestras costas, nuestro mar. La finca con mejores vistas de Barcelona es un cementerio, la fábrica de lejía de Montgat estaba ubicada en sus playas y las vías del tren destrozan toda la costa del Maresme. Sin embargo, en el mar está el futuro. Ya no podemos explotar más nuestra tierra, así que dejemos de infravalorar nuestra costa, nuestro mar, y empecemos a reinventarlo. Sólo podemos salir ganando.
P. ¿Cuál es su estrategia?
R. Pretendemos potenciar el crecimiento del sector basándonos en tres pilares. En primer lugar, fomentar el chárter náutico. Las nuevas generaciones han traído nuevas tendencias en la náutica de recreo. Ahora ya no se compran yates, sino que se compran horas de navegación en ellos. El uso ha ganado el pulso a la propiedad, y tenemos que adaptarnos a este cambio. Debemos posicionar Barcelona como destino chárter, atrayendo este mercado a nuestra ciudad. Además, así facilitamos que nuestros jóvenes se acerquen a este mundo, dejando de lado la idea de que la náutica es sólo para gente adinerada.
En segundo lugar, atrayendo al segmento de las grandes esloras. Contamos con más de 300 amarres para grandes embarcaciones de recreo en el puerto de Barcelona. Cada uno de estos barcos genera nueve puestos de trabajo y más de un millón de euros anuales para la ciudad dónde amarra. Los números son claros y disponemos de todo lo necesario para que más usuarios de buques de recreo decidan venir a esta ciudad, multiplicando el empleo y empujando la economía del área metropolitana.
En tercer lugar, facilitando el turismo náutico, una actividad que genera 38 millones de euros en Barcelona. Buscamos promocionar este sector ofreciendo nuestro apoyo a las grandes regatas que acoge la ciudad, además de sumarnos a Barcelona Esports y al programa Barcelona Mar que promueve Turismo Barcelona. Este año hemos logrado traer el MYBA Superyacht Show que, tras celebrarse durante 27 años en las costas italianas de Génova y San Remo, han decidido confiar en nuestro gran potencial. Con este evento situamos al puerto de Barcelona como mercado y destino de los barcos de gran eslora, acercándonos más a sus consumidores y dando un gran paso adelante a uno de nuestros principales objetivos.
P. Extender la náutica deportiva y turística, bien, pero cuáles son las líneas de actuación que propone Barcelona Clúster Náutico.
R. Focalizamos nuestros esfuerzos en cuatro líneas principales. Primera, promocionar el área metropolitana de Barcelona como destino náutico internacional, ubicarnos en el mapa de los usuarios de yates es fundamental. Necesitamos ampliar nuestras redes internacionales, expandiendo y reforzando las relaciones exteriores. Cómo he dicho antes, ya hemos dado un paso enorme al conseguir que el MYBA Superyacht Show, evento global y de gran renombre, haya decidido venir a Barcelona tras casi treinta años en Italia, pero todavía tenemos trabajo por hacer.
Segunda, promover la excelencia en la formación de los trabajadores y profesionales del sector. Desde los centros de estudio y las universidades, debemos obtener los mejores profesionales posibles. Luchamos para que los recién licenciados derrochen excelencia. Hablamos con las empresas del sector para saber qué necesitan, y lo transmitimos a los centros de formación. Intentamos conectar la demanda de la industria con el sistema educativo y formativo. Un modelo de formación dual sería idóneo para la industria. La formación dual permite a los estudiantes adquirir excelencia profesional, compaginando clases magistrales con formación dentro de las propias empresas, mostrándoles la realidad que se encontrarán al graduarse.
Tercera, desarrollar oportunidades de negocio. Como he dicho en incontables ocasiones, la náutica es un sector económico desaprovechado en nuestra sociedad. Tiene un gran potencial y debemos luchar por explotarlo.
Y cuarta línea, mejorar el entorno legal. Algunas leyes vigentes no benefician al sector de la náutica y constituyen un motivo de inseguridad jurídica. Los impuestos especiales y las trabas administrativas son arduas, muy difíciles de modificar. El principal problema de nuestro país es que la náutica no nació de abajo, como en Francia, sino de arriba, fue Alfonso XIII quien difundió la náutica en España, con lo que nunca ha gozado de demasiada simpatía popular, que la consideraba una actividad de pijos y de ricos. Si miramos hacia nuestros vecinos franceses, la población apoya cualquier tipo de iniciativa e inversión en náutica. Conocen sus beneficios, ya que el sector surgió del mundo de la pesca y cuenta con todo el apoyo de la sociedad. Debemos luchar contra esa imagen de la náutica, tan arraigada entre los españoles.
El gran potencial económico que encierra el sector de las grandes esloras puede generar una gran riqueza en el área metropolitana de Barcelona. El gasto de un megayate en el puerto dónde inverna alcanza entre un 10 y un 15% de su valor, con lo que podríamos estar hablando de más de un millón de euros por amarre. Además, si conseguimos atraerlos hacia nuestras costas, las empresas náuticas necesitarían más personal, multiplicando los puestos de trabajo. Se reactivaría la economía local, dejando atrás los estragos de la crisis que la población ha sufrido en estos últimos años.
Tenemos claro que el problema es cultural, así que hacemos todo lo que podemos para romper con la idea de que la náutica es una industria de ricos sin beneficios para la ciudadanía, fomentando lo que es en realidad; una oportunidad de progreso para la población.
P. ¿Cómo combate BCN la visión elitista de las actividades náuticas y en particular el rechazo a las grandes esloras?
R. Raro sería que, con la que está cayendo, la ciudadanía no estuviera en contra. Si resulta que hay un gran porcentaje de paro entre la población y se escucha una inversión en náutica, el pueblo se niega en rotundo. ¿Cómo van a aceptar que se destinen fondos a algo en lo que no creen que vaya a solucionar sus problemas?
Este comportamiento nos hizo reflexionar y añadir a nuestro discurso inicial los enormes beneficios que puede deparar el sector náutico y en particular el segmento de grandes esloras. Sabemos que si logramos alcanzar nuestro propósito beneficiaremos a la sociedad, por eso buscamos el apoyo de la gente. Queremos que apuesten con nosotros, ya que es apostar por su propio futuro, por su crecimiento económico y laboral.
P. Algunas personas creen que el Barcelona Clúster Náutico es sólo un organismo oficial.
R. Para que una propuesta resulte aceptable debe contar con la unión del siguiente trinomio: industry, authority y community. Los proyectos deben ser aceptados por la industria, aprobados por las autoridades y apoyados por la comunidad. Si no se consigue ese equilibrio, las propuestas no avanzan. Desde el clúster intentamos casar las tres, adoptando nuevas perspectivas que nos permitan acercar más el sector a la población, luchando con las administraciones por una voluntad política que no obstaculice el progreso de la industria y hablando con las empresas acerca de sus preocupaciones. Nuestro objetivo es conseguir un equilibrio económico sostenible en la náutica de la región metropolitana de Barcelona.
P. ¿Desde el clúster os consideráis un lobby?
R. Nos proclamamos como tal, pero a nivel local, ni siquiera a nivel autonómico. El problema viene de que surgimos de un sector muy atomizado, y nos falta fuerza para actuar como lobby ante la administración catalana. Pero sí que lo intentamos en la región metropolitana de Barcelona, ahí procuramos influir en las decisiones que pueden afectarnos.