El segundo motivo del viaje era participar en un acto organizado por la Escuela de Náutica de Tenerife y la Asociación Canaria de Oficiales de la Marina Mercante bajo el título “Presente y futuro de la marina mercante. La formación práctica de los alumnos de náutica”, en el que también habían de intervenir, entre otros, Joan Roig, presidente del Colegio Oficial Nacional de Prácticos, y el director de la Autoridad Portuaria de Tenerife, Rafael Díaz Hernández.
El director general de Marina Mercante repasó en su intervención la historia reciente de la marina mercante, con casi ocho millones de toneladas de peso muerto a finales de los años setenta, en tanto apenas sobrepasa el millón de toneladas en la actualidad. Explicó la creación del segundo registro, el conocido como Rebeca, para evitar la fuga de los buques a los pabellones de conveniencia u open register y desgranó los esfuerzos de la Dirección general para mitigar el problema de las prácticas profesionales de los futuros marinos. Se mostró partidario de contar con un buque escuela dentro de un proyecto europeo.
El numeroso público presente en el salón de actos de la Escuela de Náutica, entre ellos el ex-director general de Marina Mercante Pedro Anatael Meneses, el presidente de la Fundación Correíllo La Palma, Juan Pedro Morales, y alumnos de los cursos superiores, plantearon diversas preguntas a Rafael Rodríguez Valero que éste respondió sin rehuir tema alguno. La complejidad de la gestión de la política marítima se puso en evidencia ante la impaciencia de algunos intervinientes por resolver los diferentes problemas que se plantearon respecto a la formación académica y las prácticas profesionales de los alumnos. Una de ellas, que ha cursado puente y máquinas, confesó que tuvo al llegar a un buque la impresión de que la formación que había recibido en la escuela de náutica era insuficiente en casi todas las materias y muy alejada de las necesidades reales de la profesión.