Los actores y usuarios del transporte marítimo, no contemplamos al Apostolado del Mar (Stella Maris) como una institución creada para favorecer, estimular y desarrollar el bienestar de las tripulaciones de los buques mercantes y de pesca, no. Miramos a Stella Maris como si fuera una organización caritativa, como a Open Arms que ayuda a los inmigrantes, o alguna otra que, con todos los respetos, juegan en una liga diferente.
Stella Maris es una organización creada para favorecer el bienestar mental y espiritual de la Gente de Mar: los marinos. Y los marinos son trabajadores del mar, empleados de empresa navieras/armadores que los necesitan para desarrollar sus actividades fundamentales: el transporte de mercancías por mar. Los marinos son, en palabras de la ONU, trabajadores esenciales (essential workers, key workers), y es que no nos cansamos de repetirlo: sin marinos no se mueven los barcos.
Bien, pues a pesar de eso, en este país no se considera a Stella Maris una organización al servicio para los navieros/armadores, para que sus trabajadores/tripulantes obtengan satisfacción a sus necesidades mentales, espirituales, sociales… cuando lleguen a puerto. Y no lo hacen porque ignoran -involuntaria o deliberadamente- el papel que hace Stella Maris en los puertos españoles, que son los que nos interesan: visitas (2.221 visitas a buques solo en el puerto de Barcelona, en 2022), con el corolario del acompañamiento a médicos, gestiones, etc., centro de acogida, centro social, club en tierra, residencia para estancias cortas de marinos en tierra… y aun más.
Y sin embargo, los armadores, navieros, terminales marítimas, asociaciones de empresarios de la profesión, no acaban de entenderlo ¿por qué?. Resulta difícil de comprender.
El pasado mes de noviembre se creó el comité nacional del bienestar de la Gente de Mar, con previsión de cobertura para todos los puertos del Estado y presidido por el presidente de esta organización. Con presencia de la Dirección General de la Marina Mercante, la organización sindical ITF, la Asociación de Navieros Españoles (Anave), o el Instituto Social de la Marina. Bien está.
Esperemos ver como en un momento de la historia en el que las siglas ESG (environment, social, governance) parece que priman en nuestra sociedad europea del bienestar (pero menos) sirva la creación de este comité para asumir la posición de referencia de España en un capítulo básico de lo “social”: la Gente de Mar. Y, con ello, podamos congratularnos próximamente con que Stella Maris está desarrollando su labor en los puertos españoles de manera digna, eficiente y sin estrecheces económicas.