Según ha podido saber NAUCHERglobal, las empresas pusieron encima de la mesa en los últimos meses la propuesta de reducir el número de remolcadores en servicio, de 7 a 6, y lo que estarían negociando en estos momentos es la compensación que obtendrían los trabajadores por la mayor carga de trabajo que comportaría la reducción. Es de suponer que ambas partes habrán analizado con rigor si esa reducción tendrá alguna consecuencia para la seguridad laboral y marítima del servicio. Y, por supuesto, que las Administraciones involucradas, marítima y portuaria, han aceptado el horizonte de la reducción.
Un conflicto tan largo (y costoso), ha de tener alguna causa profunda. Ni la empresa ni los trabajadores ni la APB pueden permitirse mantener una situación que amenaza la buena marcha del puerto. Aunque algunas fuentes apuntan al alocado asesoramiento de los miembros de la central sindical CGT, heredera de la vieja CNT, cuesta creer que esa sea la única causa de tan fatigoso conflicto.
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