La acusación pedía 27 años y la defensa la absolución. La sentencia final ha concluido con 16 años de prisión, cosa que, como es natural, no ha satisfecho a nadie. Ambas partes han avisado que apelaran de nuevo ante el Tribunal de Casación, lo que dilatará la eventual entrada en prisión de Schettino al menos por un año.
Schettino, como se recordará, fue el capitán del COSTA CONCORDIA que embarrancó frente a la isla Giglio cuando hacia lo que en Costa Crociere denominaban “el saludo”, que consistía en pasar muy cerca de la costa y hacer sonar la sirena. Esta maniobra, con un buque de 290 metros de eslora, 35,50 metros de manga y 8,20 de calado y con 4.229 pasajeros a bordo, resulta un poco arriesgada, máxime si se pasa a través de un estrecho canal de agua que transcurre entre la isla de Gigglio y la costa del Tirreno.
Añadamos al dato, el hecho de que la tripulación se componía de nacionales de muy diversos países (europeos del Este, del oeste, asiáticos, etc.) y que el tripulante que estaba al timón en caso de desconexión del piloto automático no se expresaba y entendía correctamente el inglés (se afirmó en el proceso inicial). Cinco tripulantes más llegaron a acuerdos con la fiscalía aceptando condenas inferiores a tres años.
Schettino ha admitido “parte” de responsabilidad; pero insiste en que ésta está mal repartida. Asociaciones de supervivientes (en el accidente murieron 32 pasajeros) que están personadas en el proceso, mantienen que hay “otros culpables que deben ser dados a conocer”.
Schettino no se personó a conocer la sentencia. Actualmente reside en su casa de Nápoles donde espera el resultado de esta nueva apelación.