En estos tiempos dolientes oímos, vemos y leemos declaraciones varias de diferentes directivos de empresas marítimas; pero Rolf Habben Jansen, en mi opinión es un consejero delegado ejemplar. Un hombre sobrio diría yo, que en estos años pasados ha conducido con mano firme el timón de Hapag Lloyd desde 2014. Pilotó la fusión con UASC en 2017 y se ha mantenido apartado de las políticas del “cuanto más grande mejor” que han obnubilado a algunos armadores y les han puesto en aprietos financieros.
Con un crecimiento ordenado y beneficios continuos, Hapag Lloyd enfrenta sin grandes aspavientos la maldita pandemia. Coincide con Soren Skou, el consejero delegado de Maersk, oráculo del sector, en que el negocio de los contenedores baja un 25% en este segundo trimestre (otros también coincidimos en esa apreciación), y mantiene estable el rumbo con una reducción de ingresos netos del 75%, a pesar del aumento de la facturación; pero todavía con resultados en negro.
Rolf Habben Jansen parece un hombre cauto y con rigor. Mantiene acotados los costes, sobre todo los fijos al tiempo que aumenta la eficiencia para mejorar, si se puede, los márgenes; mientras consigue un transporte más eficiente y atiende a su tesorería. Pero sobre todo los costes. Se trata de sencillas máximas que más de un líder político debería examinar a fondo.
Estoy seguro de que veremos como Hapag Lloyd, sin aspavientos, atraviesa el temporal y se planta en 2021 con una situación para admirar.