Quienes hemos navegado en nuestra juventud y grabamos a fuego la experiencia a bordo, la emoción del primer día, de la primera vez o de la ocasión excepcional, queremos tener una imagen de aquel buque. Solemos conservar alguna fotografía, pero no siempre resulta satisfactoria.
Ahora, el proyecto de un marino en activo, Roberto Hernández, que trabaja a través de la red con el sencillo y magnífico nombre de El ilustrador de barcos (http://elilustradordebarcos.wordpress.com/), hace posible que podamos tener a la vista una acuarela del buque añorado. Una acuarela fiel a las proporciones de la nave y que respeta sus detalles, su silueta, el color de la chimenea, las líneas del casco, la superestructura, en suma el buque que recordamos.
Roberto Hernández, el ilustrador de barcos, une a sus conocimientos náuticos y a su experiencia como marino profesional una vasta cultura de historia marítima y un exquisito gusto en el trazo y en el uso de los pinceles. Su obra no se limita estrictamente al buque, sino que añade un fondo verosímil, un puerto conocido, un fondeadero o una rada. El resultado es espléndido, como puede verse en las fotografías que ilustran este comentario, todas ellas fruto de un minucioso trabajo de reconstrucción que requiere una base documental sólida.
“El ilustrador de barcos” constituye un proyecto empresarial, ciertamente, pero sobre todo constituye un proyecto artístico de recuperación de la memoria que guardamos los marinos y las gentes de mar. Un proyecto admirable.