Existe un leyenda que cuenta la vida retirada de un viejo capitán mercante, británico naturalmente, dedicado a escribir sus memorias, cultivar rosas únicas o pintar recuerdos. Joseph Conrad, él mismo un ejemplo, utiliza la leyenda cuando describe al capitán Whalley en su obra “The End of the Tether”, traducida al español unas veces como “Situación límite” y otras como “El final de la cuerda”. Un modelo actual de esa leyenda es Richard Crow, Master Mariner, nacido el 12 de septiembre de 1915, en York, al norte de Inglaterra, que desde que se retiró a una casa en Dorset, en la costa sur inglesa, se dedica a pintar barcos, costas y marinas, hace años al óleo, ahora con pinturas acríclicas.
La carrera marítima de Richar Crow transcurre principalmente en la mítica naviera British India Steam Navigation (BI), fundada en 1856, que desde entonces, como media anual, ha transportado 3,5 millones de toneladas de carga y 300.000 pasajeros en más de tres millones de millas navegadas. La BI presume de contar no sólo con el capitán Crow como cronista pictórico de sus buques. Otro marino de la compañía, retirado como Crow, Bill Highams, como Crow vecino de Dorset, lleva años dedicado a plasmar en acuarelas los puertos y costas que sus ojos avistaron en los años embarcado.
Tras navegar de 1932 a 1948, Crow anduvo de manager e inspector de la naviera en diversos puertos de África ortiental (Dar-es-Salaam, Tanga y Mombasa) y en Malta, donde finalizó su vida laboral en la compañía. Ahora sigue pintando lo que le permiten sus ya escasas fuerzas y participando en la Christchurch Arts Guild, de la que socio desde 1976.
La pintura de Crow es materialmente pura nostalgia, y formalmente una pintura realista, figurativa, pero donde los colores bailan su propio ritmo, aunque éste no coincida con la realidad. Esa característica le confiere a su obra un halo de interés que trasciende el tema representado.