El rescate de la dotación, diecinueve ucranianos y filipinos, se llevó a cabo con mar de fondo del sur, olas de 5/6 metros y vientos con rachas de 45 nudos. Una mar dura que convirtió el rescate en una odisea.
La tripulación fue evacuada en su totalidad en helicóptero con la presencia de embarcaciones de salvamente cuya intervención no fue finalmente necesaria.
Para el salvamento del buque y de su carga, la naviera ha contratado a Smit Salvage, uno de cuyos remolcadores, el SMIT AMANDLA se dirige ya a la zona.
Dado los precedentes experimentados en Sudáfrica, muy respetuosos con los profesionales del mar, no es de esperar la detención ni el procesamiento del capitán del KIANI SATU. El coastguard sudafricano ha puesto en marcha la investigación de las causas de la embarrancada.