El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, presentó ayer dos proyectos de inversión que llevará a cabo la compañía con el objetivo de descarbonizar sus activos. El primero de ellos, que se ubicará en el puerto de Bilbao y su entorno como opción prioritaria, supondrá una inversión inicial de 20 millones de euros, liderada por Petronor, y consistirá en una planta de generación de gas a partir de residuos urbanos. Este gas se empleará para sustituir parte del consumo de combustibles tradicionales que la refinería vasca, una de las de mayor capacidad de España, utiliza en su proceso productivo.
Esta iniciativa responde a la estrategia de Repsol de impulsar la economía circular, que se aplica en muchas de las fases del ciclo productivo de la compañía a través de la tecnología y la innovación. Repsol ya ha puesto en marcha más de 200 proyectos en este ámbito, que ha establecido como una de las palancas clave para lograr alcanzar las cero emisiones netas en 2050.
En una primera fase, esta planta de pirólisis podrá procesar unas 10.000 toneladas al año de residuos urbanos y su capacidad podrá ampliarse en fases posteriores hasta 100.000 toneladas al año, aproximadamente, el equivalente a todos los residuos urbanos del entorno.
Las iniciativas presentadas supondrán un importante impulso al desarrollo tecnológico e industrial asociado a los planes de descarbonización, tan necesario en este contexto de recuperación económica y de orientación a sectores con mayor valor añadido.
En palabras de Josu Jon Imaz, “estos proyectos demuestran la importancia de mantener la neutralidad tecnológica a la hora de buscar las alternativas necesarias para la descarbonización, teniendo en cuenta todas las soluciones tecnológicas posibles para tener éxito en la lucha contra el cambio climático, sin prejuicios, apostando por aquellas que contribuyan a nuestros objetivos de forma más eficiente y sostenible, y apoyando nuestra industria”.
España debe basar su estrategia de descarbonización en sus capacidades tecnológicas e industriales. La producción de hidrógeno verde y su combinación con la captura y uso de CO2 para producir combustibles con cero emisiones netas forma parte de la estrategia industrial de descarbonización de Repsol. Con este proyecto, la industria española se convierte en un actor relevante en la reducción de emisiones en Europa”, ha añadido el consejero delegado.
Para Imaz “todas las formas de descarbonización son válidas y complementarias, e incentivarlas para que todas contribuyan sin exclusiones, acelerará la transición energética, a la vez que nos ayudará, como sociedad, a salir lo más rápidamente posible de la crisis económica provocada por el Covid-19”. El primer ejecutivo de Repsol ha reafirmado el compromiso de la compañía con “liderar la transición energética incluso en estos momentos de incertidumbre económica, en los que también queremos reforzar nuestro papel como empresa que contribuye al desarrollo industrial del país”.
Emiliano López Atxurra, Presidente de Petronor, compañía perteneciente al Grupo Repsol, ha manifestado que “el proyecto aglutina tres aspectos importantes en la actual coyuntura: la apuesta de futuro por la reducción de la huella de carbono y la neutralidad tecnológica como instrumento; el reto de la industria y la tecnología como base de la transición energética; y la cooperación público-privada como herramienta inteligente para materializar un desarrollo industrial que consolide una sociedad de bienestar sostenible”.
Por su parte, el segundo proyecto consiste en la construcción de una de las mayores plantas del mundo de producción de combustibles cero emisiones netas a partir de CO2 e hidrógeno verde, generado con energía renovable, también en las inmediaciones del puerto de Bilbao y con una inversión de 60 millones de euros.
Además de Petronor, participa en el proyecto el Ente Vasco de la Energía (EVE). Será una instalación de referencia en Europa por su avanzada tecnología y por el uso, como materia prima, del CO2 capturado en la refinería de Petronor.