Partiendo de la base que los puertos de interés general del Estado (Barcelona y Tarragona) se autofinancian, las partidas que el Gobierno central “destinará” los recintos portuarios hacen referencia a los accesos. Aún sabiendo que la intermodalidad es un factor de crecimiento importante para las infraestructuras portuarias, es una falacia decir que se han previsto 587 millones de euros para la presente legislatura. Los accesos terrestres son eso: terrestres. Carretera y/o ferrocarril… no segmento marítimo. Decir que los puertos serán destinatarios de esa inversión es poco menos que esconder la verdad.
Rajoy habló de que los puertos tienen un papel clave en la economía, pero no explicó para qué economía ¿Para la del conjunto del sistema estatal? No cabe más que recordar que Barcelona y Tarragona son aportadores natos del fondo de compensación interportuario –entre otros- y de Puertos del Estado. Dicho de otro modo: hay autoridades portuarias dentro del sistema español que se benefician año tras año de la buena gestión económica que se realiza en los enclaves catalanes.
Pero, ¿y la seguridad marítima?, ¿Y la formación en este campo?, ¿Y la mejora –y rebaja puerto a puerto- de las tasas?, ¿Y las cuestiones medioambientales que atañen a los puertos?, ¿Y…? El presidente y el ministro se olvidaron de todas ellas: vinieron a Barcelona a vender su apuesta por las líneas de Cercanías y por el Corredor Mediterráneo, del que explicaron que estará listo en todo el tramo catalán en el año 2020. De momento lleva unos ocho años de retraso y ahora, cuando sólo hay obras en un pequeño tramo de 40 kilómetros, dicen que se acabará en tres años. ¿Y las licitaciones?, ¿Y los estudios de impacto ambiental? ¿Y las indemnizaciones a los propietarios de terrenos afectados? ¿Y la estación central de La Sagrera? Va para largo… pero queda bonito decirlo en un acto en Barcelona. Evidentemente, ni una sola palabra a que esta infraestructura –según el presidente del Gobierno “vertebradora”- pueda servir para pasajeros, pero también para mercancías.
Volviendo a los accesos terrestres a los puertos de Tarragona ni una sola palabra. De Barcelona parece ser que se licitarán en el mes de mayo, después de una década de retrasos. Ya en 2014 la anterior titular de Fomento inauguraba las obras de la variante viaria Sur del puerto de Barcelona… y ahí sigue el monolito solo esperando a que lleguen las máquinas.
Baja credibilidad desde el gobierno catalán
Desde Catalunya no se creen al presidente del Gobierno, con razón a tenor de las promesas incumplidas durante los últimos seis años de gobierno popular. El titular del departamento de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, remarcaba también ayer en el propio acto que «la credibilidad que como Gobierno nos merecen es muy baja», ya que «cuando hemos pactado determinadas actuaciones con el Gobierno del Estado, de varios colores políticos, siempre ha habido una diferencia entre lo pactado, lo presupuestado y lo que finalmente se ha ejecutado». Rull valoró que «hubiera sido un gesto interesante si el presidente Rajoy hubiera hecho acto de contrición y hubiera pedido disculpas » por los incumplimientos de los compromisos anteriores.
Ante esta perspectiva, Rull propuso la creación de una «cláusula anti-incumplimientos» por la que el Ministerio de Fomento se comprometa a transferir a la Generalitat los recursos comprometidos con Catalunya y que finalmente no se acaben invirtiendo: «Es decir, todos aquellos recursos que, por enésima vez, se han comprometido a invertir, si no se invierten que nos los transfieran para que podamos ejecutar las obras», dijo.