Pues bien, mi duda nace de la prevista concesión de la Marina Bocana Nord por parte del puerto de Barcelona y la presentación de la compañía Formentera Mar, SA como único aspirante al proyecto, tal como anunció hace pocos días el presidente de la Autoridad Portuaria, Sixte Cambra (leer noticia publicada).
Los datos del Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme) son concisos: la sociedad Formentera Mar, con domicilio en Palma de Mallorca y cuyo objeto social es la solicitud, obtención y explotación de concesiones administrativas de toda índole, tenía a inicios de febrero un capital social de 2,812 millones de euros tras haber suscrito una ampliación de capital de poco más de 2 millones de euros.
No alcanzo a entender qué entidad financiera/amigo puede prestar más de 44 millones de euros a una sociedad con un administrador único (una fórmula bastante inusual en una sociedad anónima, por cierto), pero me alegro por él. El Sr. Nicolás Pedro Mayol (que en el propio Borme figura como administrador único de Formentera Mar, SA), debe ser un genio de las finanzas, o dispone de muy buenos contactos, o nos hallamos ante uno de esos concursos previamente pactados y decididos (como el de Grimaldi, sin ir más lejos), y le ha tocado a él.
Más dudas: ¿qué entidad ejerce como avaladora del proyecto? Según el propio Borme, Mayol sólo está activo, también como administrador único, en otras dos sociedades: Global Mediterranean Marinas, SL y Barcelona Nautic Center, SL (esta última creada a finales de 2012). ¿Pueden dos sociedades limitadas y una anónima tener la garantía suficiente como para presentarse a un proceso concesional de la envergadura de una marina dentro del puerto de Barcelona? Tal vez me equivoque, pero algo no encaja… ¿habrán intereses o circunstancias desconocidas? Tiempo al tiempo, que a todos pone en su sitio, como bien ha aprendido el señor duque de Palma.
Formentera Mar, en cualquier caso, no sería un mal candidato para gestionar la nueva marina. Ya hacen lo propio en el potentísimo puerto de La Savina, en el archipiélago de las Pitiusas. Total, sólo hay 15 marinas y puertos deportivos, amén de varios clubes marítimos con embarcaderos -un tema a analizar otro día- en los 75 kilómetros que van desde Mataró hasta Vilanova i la Geltrú. Quizás una nueva marina no suponga un exceso, aunque desde luego sería muy comprensible esta conclusión si atendemos al panorama de las existentes dársenas medio vacías…
A lo mejor, Formentera Mar pretende que los mismos yates que atracan en La Savina atraquen también frente al Hotel Vela.
Habrán observado que me he referido a una cantidad de 47 millones de euros, cuando en su día hablaron de 30 millones. Tiene una explicación, que dio la propia Autoridad Portuaria en respuesta a una pregunta de la empresa Ke Projects & Services, SL, el 24 de octubre del pasado año.
Esta empresa, que finalmente no opta al proceso de concesión de la dársena deportiva, se cuestionaba cómo es que en el detalle de los costes del Plan Especial Marina Bocana Nord se estimaban en 47 millones y no en los 30 millones de euros del anuncio de la licitación. La respuesta del puerto fue que el objeto de la licitación no engloba el edificio comercial colindante a la marina seca.
Es decir, que se prevé construir un nuevo proyecto del estilo Maremagnum en los alrededores del Hotel Vela… ¡con un importe de edificación de 17 millones de euros! Verán cómo se ponen cuando sepan esto los pesados de la Plataforma Defensem Port Vell: otra vez estos del puerto atentando contra nuestro barrio, clamarán. Tiempo al tiempo.
A todo esto, uno también debe dar los datos positivos, o constructivos y correctos desde el punto de vista de los políticos. La nueva infraestructura prevista en la bocana norte del puerto de Barcelona, deberá disponer, según la previsión de licitación de 2,5 hectáreas de terreno y 5 hectáreas de lámina de agua, una bocana de 75 metros de ancho, que permitirá operar a embarcaciones de entre 15 y 50 metros de eslora, un edificio de capitanía marítima de 600 metros cuadrados (preguntarse su necesidad es un juego de niños), una marina seca de 6.000 metros cuadrados para albergar embarcaciones de menos de 10 metros de eslora (a fin, supongo, de no invadir el ámbito de la marina de reparación Barcelona 92, donde participa el propio puerto), y un mirador de 500 metros para solaz de los huéspedes del hotel y turistas despistados…
En resumen, creo que la nueva marina es una instalación tan innecesaria como confusa. No obstante, si tiene que hacerse, bienvenida sea. Todo en aras del crecimiento económico, la mejora de la ocupación y el empleo… y para que los bancos vuelvan a dar créditos a las empresas.
PD: No se pierdan (en este enlace) el vídeo promocional de la nueva marina. A lo mejor atan cabos y ven quien puede ejercer de avalador del proyecto.