Terminada la ración empalagosa, inició su interrogatorio la abogada de Mare Shipping, propietaria del PRESTIGE, Maria José Rodriguez Docampo. Aquí acabó la tranquilidad de López Sors y se inició el calvario que luego remataría el abogado Santiago Zabaleta, defensor de Universe Maritime, el naviero que explotaba el PRESTIGE.
Si los interrogatorios a Mangouras que llevaron a cabo los abogados del Estado y el fiscal resultaron un insulto a la inteligencia y, en ocasiones, una broma irritante, con preguntas demagógicas y otras, la mayoría, que nada tenían que ver con el objeto del proceso, los interrogatorios a López Sors constituyen un festín interminable. Son tantos los datos que figuran en el sumario, tantas las declaraciones, tantos los documentos, fotografías y vídeos que retratan el error y la contumacia en el error del ex director general de la Marina Mercante, que los interrogatorios -dejo aparte el masaje entre ridículo y obsceno del abogado Meiriño- parecen en algunos momentos un ensañamiento contra un individuo roto, balbuceante e inseguro. López Sors acaba como esos boxeadores de pocas luces y mucha resistencia que acaban levantando los brazos y sacando pecho aún con el rostro tumefacto y una amplísima derrota sin paliativos. Al final del interrogatorio del abogado Zabaleta, el ex director sacó su cara más dura y altanera y se encaró con el abogado, que recibió con una sonrisa la acometida agónica del boxeador noqueado.
Tiempo habrá de profundizar en NAUCHERglobal sobre las muchas falsedades, medias verdades y cortinas de humo tendidas por López Sors para escapar de la evidencia. Conformemonos hoy con un repaso sucinto de los temas más relevantes del interrogatorio.
María José Rodríguez Docampo, magnífica, centró su interrogatorio en dos escenarios. El primero: por qué se impidió que los salvadores se dirigieran al PRESTIGE si tan importante era que los salvadores profesionales se hicieran cargo del buque.; por qué se les hizo firmar que alejarían el buque a 320 millas de la costa (“a 120 milllas de las aguas donde España ejerce soberanía o jurisdicción”); y por qué exigió López Sors a los salvadores profesionales que le entregaran al capitán del PRESTIGE. El segundo: en la gestión del siniestro López Sors ignoró completamente las previsiones del Plan Nacional de Contingencias por contaminación marina accidental (PNC), se inventó un organismo rector a su medida, no preparó un Plan Operativo, salvo dar la consigna de hundir el buque, no creó el consejo asesor prescrito en la norma y pasó de largo sobre la cadena de mando y las funciones que el PNC establece con claridad.
Del primer escenario salió López Sors muy perjudicado, incapaz de dar respuesta mínimamente satisfactoria a los hechos y pruebas incontestables: se retuvo al equipo de Smit Salvage durante más de nueve horas sin ninguna razón que lo justificara. Negó, de forma sorprendente y contradictoria, que supiera que en el contrato LOF que firmaron Smit y el naviero del PRESTIGE entraba el RIA DE VIGO y la empresa Tecnosub, ambos con contrato en vigor con Sasemar.
Del segundo escenario salió el ex director general tambaleante, dejando en la sala la clara percepción de que estaban ante un pobre diablo que obró a su aire, saltándose las normas, actuando por puro prejuicio, sin apenas análisis racional. Entre otras perlas, López Sors afirmó que el PNC “no puede sustituir el procedimiento que hay que hacer”. Aunque lo mejor vino cuando el acusado pretendió que se habían evaluado los daños del PRESTIGE a base de los “informes” de los pilotos de los helicópteros, lo que pudo ver Serafín Díaz cuando embarcó en la mañana del dia 14 y lo que le decían los remolcadores, todo ello explicado por teléfono a un funcionario que en Madrid llegó a la conclusión de que el buque estaba muy mal, a punto de hundirse. Ya sé que resulta difícil de creer, pero eso es lo que confesó López Sors, impasible pero con el rostro cada vez más congestionado.
El abogado Santiago Zabaleta elevó el tono del interrogatorio y puso a López Sors contra las cuerdas una y otra vez. ¿Con qué informes dió la orden de alejar el buque a ninguna parte? ¿Por qué al rumbo 320, directo al temporal, y no un rumbo sudoeste? ¿Por qué confunde a la sala pretendiendo que rompieron los remolques de la noche del 13 al 14 de noviembre, cuando sólo rompieron las sisgas y los cabos guía? ¿Por qué se escuda el acusado en el mantra de que era mejor recoger el chapapote en el mar que hacerlo en las playas, cuando su obligación, la primera, era evitar que se produjera la contaminación? ¿De dónde saca el acusado la cifra, increíble, de que el PRESTIGE había perdido 20.000 toneladas en las primeras horas, hasta que se hizo firme el remolque del RÍA DE VIGO? ¿Por qué se retocaron los informes del Cedex y del Cehipar a la medida de los intereses de la versión que contra toda evidencia y contra toda lógica sostiene el señor López Sors? ¿Y por qué el acusado alude a otros accidentes, URQUIOLA, SEA EMPRESS, AMOCO CADIZ, ARAGON, presentándolos de forma incompleta y amañada?
López Sors visiblemente nervioso, iba devolviendo los golpes, pero cada vez con menos convencimiento, vencido por el peso de la realidad documentada, enredándose en nuevas contradicciones y más incoherencias, hasta llegar a encararse con el abogado para escapar a la insoportable incomodidad de las preguntas.
Es duro aguantar las pruebas irrefutables de que tus decisiones, tomadas con prepotencia y desprecio a la ley y al sentido común, han supuesto un desastre medioambiental y un agujero económico de cientos de millones de Euros.
A las 9.30 horas del día 28 de noviembre, miércoles, fijó el presidente del Tribunal la continuación del interrogatorio al señor López Sors.