El pasado día 21, en la Librería Espai de Mar, se presentó “Faro Villano”, novela ganadora del XVI Premio Nostromo de literatura marítima. Estuvieron presentes en el acto Agustín Montori, presidente de la Asociación de Amigos de Nostromo, organización convocante del premio; Luis Zendrera, director de Editorial Juventud, editora de las obras ganadoras; y Maria Borotau y Joan Guitart, miembros del jurado. El autor, Gonzalo Guijarro, está en América preparando su próxima novela.
Joan Guitart, Luis Zendrera y Agustín Montori dedicaron sus intervenciones a glosar el premio literario Nostromo, una aventura con 16 ediciones en su haber, que pese a la crisis mantiene la dotación de 10.000 Euros para el ganador. Los tres aludieron de forma reiterada al carácter artesanal del Premio Nostromo, nacido en el bar-restaurante Nostromo, de la ilusión de un grupo de marinos espoleados por el escritor Cecilio Pineda, un certamen sin intereses en la trastienda que pudieran condicionar el nombre del ganador, un premio libre e independiente merced al patrocinio de una constelación de empresas del mundo marítimo y al altruismo de cuantos intervienen en la organización del premio: gestores, miembros del jurado y representantes de Amigos de Nostromo.
Reconoció Joan Guitart que el carácter artesanal puede dar lugar a algunos errores, asumidos, pues el balance de los aciertos y las características del premio literario que lleva el nombre de una de las grandes novelas de Joseph Conrad, supera con creces los posibles fallos.
Maria Borotau habló de la obra, la historia de un joven que fue capaz de cumplir su ilusión de ser el farero de Cabo Villano. Ambientada en los años de plomo de la posguerra, por la novela ganadora del “XVI Premio Literario Nostromo, la aventura marítima”, aparecen unos personajes “entrañables y bien perfilados”, afirmó María Borotau, “de forma que la obra engancha desde la primera página y se lee de un tirón, imposible dejarla a medias”.
Luis Zendrera cerró el acto anunciando la convocatoria de la XVII edición del premio, dedicado este año al primer navegante solitario que dio la vuelta al mundo Joshua Slocum, cuya única obra publicada, “Sailing Alone Around the World”, sigue mereciendo la gratitud eterna de cuantos se deciden a leerla, una obra sólo comparable, por la maestría de su sencillez, a la del navegante solitario español Julio Vilar (“Eh Petrel”).
La desaparición de Joshua Slocum en 1909, cuando atravesaba el Atlántico a bordo de su ya legendario barco, el SPRAY, de 11,2 metros de eslora, continúa hoy siendo un misterio.