Pablo Ruz, nuevo juez estrella de la Audiencia Nacional (que se lo digan a Bárcenas y al Partido Popular), habría solicitado al ministerio fiscal una investigación en firme, sobre los resultados de este estudio para proceder a determinar si la junta directiva de la compañía gallega ha cometido algún tipo de delito… A buenas horas.
Mientras tanto, Damm, Luxempart e Iberfomento (accionistas que detentan cerca del 15% del capital accionarial), han solicitado la convocatoria de una junta de accionistas al juzgado para intentar detener la escabechina que ha representado Pescanova en sus balances (ver noticia relacionada), dificultando, en el caso de la cervecera, emprender nuevos negocios.
Los tres socios díscolos querrían un cambio de rumbo total en Pescanova de la mano de una nueva dirección, pues, aún con las pérdidas y enfrascados en un concurso de acreedores, ven que la compañía continúa teniendo un enorme potencial y, el presidente podría ser José Carceller, hermano del mayor magnate de la industria alimentaria española.
Sorprende, en cualquier caso, que Fernández de Sousa no haya presentado su dimisión. Cualquier empresario honrado lo habría hecho, máxime cuando la compañía acumula una deuda a entidades financieras de más de 3.000 millones de euros y un patrimonio neto negativo superior a los 900 millones.
Sorprende asimismo que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no haya actuado de oficio y haya retirado de la administración a los gestores actuales e impuesto sanciones económicas ejemplares. Tiene potestad para ello de acuerdo con la legislación sobre el mercado de valores. Aunque no resulta extraña su inacción, como bien saben los preferentistas de los bancos…
No sorprende tanto -tristemente- la actuación del gobierno autonómico de Galicia, que lanzan balones fuera y apuntan a que la plantilla continúe en sus puestos de trabajo. Un gran fin, sí… pero deberían habérselo pensado mejor antes de introducir dinero público, en forma de ayudas, sin haber investigado antes si la empresa estaba bien o no.
Por su parte, tanto Deloitte como KPMG, así como los accionistas citados creen que Pescanova, sin necesidad de realizar desinversiones, puede volver a la senda del crecimiento, con una nueva directiva, y a través de una negociación con las entidades financieras, principales acreedores de la deuda de la multinacional gallega.