Para la construcción del nuevo puerto de cruceros se ha escogido un área que constituye uno de los mejores atractivos turísticos que posee la ciudad de Panamá, con un calado de entre 7 y 12 metros, que no registra el impacto directo de las olas y desde donde se difruta de la vista de la ciudad y la línea litoral.
Se contempla también que, además de las 30 hectáreas donde operará el puerto, se cuente con 11,5 hectáreas adicionales para la construcción de espacios comerciales y de entretenimiento. El gobierno busca así que la terminal de Amador se convierta en un home port similar al existente en la provincia caribeña de Colón. Para atraer a las navieras, el Estado cubriría parte del peaje que pagan estas embarcaciones por transitar el Canal de Panamá.
El gobierno panameño plantea convocar una licitación para la contratación del diseño y construcción del proyecto antes de finales de 2016, estimándose que la construcción del puerto durará entre 12 y 18 meses. La administración y operación del puerto sería adjudicada en otra licitación posterior que incluirá la concesión del área comercial y de ocio. Uno de los requisitos fundamentales para hacerse con esta concesión será que los interesados tengan relaciones directas con los operadores de cruceros.