Son muchas las compañías navieras que han tenido que pagar multas millonarias en los últimos 15 años tras haber realizado descargas ilegales o negligentes, incluyendo a prestigiosas compañías de cruceros como Royal Caribbean, Norwegian Cruise Line, Holland America Line, etc., con el consiguiente daño a su reputación. La compañía de buques portacontenedores Evergreen fue sancionada en el 2005 con una multa de 25 millones de dólares, mientras que a la compañía Overseas Shipholding Group Inc., se le impuso una multa 37 millones de dólares por realizar descargas deliberadas de lodos y residuos oleosos e introducir falsas entradas en el Libro Registro de Hidrocarburos en algunos de sus buques. En este último caso se premió a cada uno de los 12 tripulantes (whistle-blowers) que dieron el chivatazo con 437.000 dólares, ya que la Ley para Prevenir la Contaminación proveniente de los Buques (Act to Prevent Pollution from Ships) de los Estados Unidos prescribe que “a discreción del tribunal una cantidad igual a no más de la mitad de la multa puede ser abonada a la persona que facilitó la información que condujo a la condena”.
El mayor premio concedido hasta la fecha por un chivatazo fue de 2,1 millones de dólares al 2º Oficial de Máquinas del B/T GUADALUPE de la compañía americana OMI Corporation, que denunció que se le había ordenado realizar descargas ilegales sin hacer uso del separador de sentina.
A pesar de los numerosos precedentes y las cuantiosas multas por las descargas ilegales, los operadores y armadores del buque carguero SUSAN K, con bandera de Antigua y Barbuda y 4.464 toneladas de peso muerto (TPM), tendrán que pagar una multa de 1.200.000 dólares USA por haber puenteado el separador de sentinas mediante una tubería clandestina, la dichosa magic pipe. Además, los buques operados por esos armadores no podrán entrar en las aguas y puertos de los Estados Unidos durante un período de cinco años.
De acuerdo a la acusación, el jefe de máquinas y otros tripulantes habían descargado aguas oleosas de las sentinas directamente a la mar, mediante una manguera que puenteaba el separador de sentinas, entre el 1 de agosto de 2011 y el 4 de marzo de 2012. Además, el jefe de máquinas falsificó las entradas en el Libro Registro de Hidrocarburos ocultando esas descargas a los inspectores del Coast Guard de los Estados Unidos (USCG) cuando el buque hizo escala en puertos de Alaska el 24 de junio de 2012 y en Houston el 4 de marzo de 2012. El 10 de septiembre de 2012, el jefe de máquinas fue declarado culpable de los hechos siendo multado con 1.000 dólares USA y sentenciado a un año de libertad condicional.
Según la documentación en poder del tribunal, el SUSAN K fue visitado por inspectores del USCG en el puerto de Houston el 6 de abril de 2012, después de recibir el chivatazo de un tripulante acerca de las descargas ilegales que se realizaban en el buque. Durante la inspección hallaron la manguera empleada para realizar las descargas ilegales, y concluyeron que el jefe de máquinas les había mentido acerca del uso de la manguera e incluso que había dado instrucciones a un tripulante para que también mintiese al USCG. Los tres tripulantes o whistle-blowers que colaboraron con la investigación judicial recibieron un premio de 67.000 dólares cada uno.
Actualmente no hay excusas para cometer este tipo de actos ilícitos, de modo que algunos países sobre todo Estados Unidos y Francia están actuando de forma contundente contra las tripulaciones y operadores de buques que perpetran este tipo de delitos contra el medio ambiente. El USCG, en colaboración con el Departamento de Justicia, está trabajando activamente para reducir las descargas ilegales, llevando a cabo inspecciones y pruebas de los equipos de prevención de la contaminación y una revisión estricta de los Libros Registro de Hidrocarburos en todas las inspecciones que realizan al amparo de los derechos atribuidos a los estados del puerto por la leyes internacionales.
Cabe señalar que el SUSAN K había sido apresado por piratas somalíes el 8 de abril de 2011, a unas 35 millas de las costas de Omán, y liberado el 26 de junio de 2011, después de que supuestamente los armadores pagaran en Mombasa un rescate de 5,7 millones de dólares USA, o de 4 millones según otras fuentes.