La venta del buque de bandera rusa, ZAPOLYARYE, atracado en el puerto de Motril desde septiembre de 2018, se acelera, después de que en la última sesión del consejo de administración de la entidad se decidiera la subasta pública para el 1 de marzo, dejando como límite hasta el 11 de febrero para presentar ofertas. El acuerdo adoptado establece una subasta inicial con un precio de salida de 3.181.424 euros. Si se declarase desierta, la Autoridad Portuaria de Motril podrá celebrar tres subastas sucesivas, siendo el tipo de licitación, en tal caso, el del precio de salida que se reducirá en un 20 % en la primera, el 45% en la segunda y, de no adjudicarse en ninguna de esas dos, el 55 % en la tercera. En todos los casos, las ofertas deberán incluir una garantía equivalente al 4 % del tipo de la primera subasta, garantía que asciende a 101.805,57 euros.
El ZAPOLYARYE llegó a Motril procedente de Ceuta, inmerso en un conflicto laboral entre los trabajadores y la armadora rusa Murmansk Shipping Company, propietaria de este barco y de otro más que también sufría problemas económicos y que había sido abandonado en el puerto de Avilés un año antes.
El mismo propietario que el barco abandonado en Avilés
El barco es un granelero, reforzado estructuralmente y que fue clasificado como buque rompehielos. Los equipos instalados, tales como motores, calderas y depuradoras, entre otros, son de “muy buena calidad”, según recoge el pliego de condiciones que rige la subasta pública, así como sus equipos de navegación y sistemas de comunicaciones. Está provisto de doble casco, construido con aceros especiales de alta resistencia y en buen estado de conservación. Cuenta con un total de 23 tanques de lastre de agua salada con capacidad para 9.806 metros cúbicos y siete bodegas de carga.
En el caso del SEVERNAYA ZEMLYA, el granelero ruso atracado en Avilés desde mayo de 2018, la empresa chipriota Farisa Limited se hizo con la propiedad del buque en la subasta celebrada en noviembre de 2020. Casi medio año después, en abril de 2021, el buque salió remolcado del puerto asturiano hacia Turquía, donde tenía que ser desguazado.
Sobrecoste para las cuentas del puerto
Tras fracasar inicialmente el proceso de venta del buque, la autoridad portuaria decidió emprender la subasta, que quedó desierta, durante el mes de enero de 2020. El problema ya afectaba a las cuentas anuales del puerto de Avilés, ya que el mantenimiento del buque suponía un sobrecoste de más de 27.000 euros mensuales. Asimismo, desde que se abriera el expediente por abandono, la empresa Murmansk Shipping Company (MSCO), propietaria del ZAPOLYARYE, ya le debe 600.000 euros en tasas al puerto de Motril.
El periplo del ZAPOLYARYE
Por su parte, la plantilla del ZAPOLYARYE, a la cual se le había vencido el contrato, logró ser repatriada a Rusia, llegando un nuevo relevo de la tripulación. Tras muchas negociaciones entre la empresa armadora, las consignatarias, así como Capitanía Marítima y Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte en España (ITF), se logró remolcar el barco hasta el puerto de Motril, en Granada, donde por fin, los tripulantes, pudieron pisar tierra en 2019 después de meses en el mar.
Tras la llegada al puerto granadino, los problemas crecieron. En febrero de 2019, la Autoridad Portuaria abrió un expediente a la empresa armadora por el abandono del buque en la dársena motrileña. Después de iniciar el expediente de abandono, el buque se puso a subasta. De precio que se pague en el acto del próximo 1 de marzo, se abonarán las tasas portuarias, el salario de la tripulación, las deudas con proveedores y, el dinero restante, irá al Tesoro Público que decidirá, según los Presupuestos del Estado, qué hacer con ese importe.