¿Cómo cree que contribuirá esta titulación universitaria a mejorar la cualificación del sector?
Yo creo que su contribución será notoria y sus efectos a corto plazo. Siempre que una disciplina entra en el ámbito universitario ayuda a prestigiar el sector, puesto que eleva el perfil de los profesionales que se integran en él. Además, la oferta de Tecnocampus es a nivel de grado y no de máster, lo cual la hace única en España en sus características. Los grados sirven para proporcionar una visión generalista pero completa de todo el sector y para su impartición es necesario contar con académicos debidamente cualificados – como mínimo la mitad con el grado de doctor- y con expertos profesionales. Ello contribuye al desarrollo de la investigación en estos ámbitos disciplinares y, como consecuencia, a la innovación, elemento clave para unos sectores que si bien son considerados “tradicionales” están experimentando grandes cambios en las últimas décadas.
¿Cómo nació la idea de crear un grado en logística y negocios marítimos?
El planteamiento del grado tiene su origen en el denominado “Proyecto Maresme-Marítim” desarrollado el año 2011, financiando por el Servei d’Ocupació de Catalunya (SOC), con fondos de la Unión Europea y que tenía como objetivo el establecimiento de acciones encaminadas a la creación de puestos de trabajo que tuvieran el mar como referente. En el marco de este proyecto se encargó a la escuela que dirijo un estudio sobre “Capacitación e inserción laboral en los sectores del mar y la náutica”. Se trataba de identificar las profesiones vinculadas a estos sectores, tanto las tradicionales como las emergentes, y determinar cuál sería la formación necesaria para ejercerlas, tomando para ello diferentes referentes internacionales. El estudio detectó el vacío existente en Cataluña en la oferta formativa universitaria a nivel de grado en estudios relacionados con los sectores marítimo y náutico. Sólo los estudios vinculados a la ingeniería y que tienen, por tanto, el barco y la navegación como elementos articuladores, tienen presencia a través de la Facultad de Náutica. Sin embargo, los estudios vinculados al ámbito científico o al ámbito social y de la empresa carecen de una oferta específica, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de países de nuestro entorno.
Como consecuencia de ello, se empezó a valorar la conveniencia y posibilidades de la oferta en nuestro país de un grado en negocios marítimos, contemplando éstos en sus múltiples variedades: transporte de mercancías y empresas vinculadas (transitarias, consignatarias, estibadoras, agencias de aduanas, agencias marítimas…), puertos, varaderos, puertos deportivos, estaciones náuticas, empresas de reparación y mantenimiento de naves, turismo náutico, turismo de cruceros, acontecimientos deportivos, industrias náuticas, empresas de compra-venta… Todas ellas de gran importancia en nuestro país y que en su conjunto proporcionan muchos puestos de trabajo.
Con la idea, pues, de un grado centrado únicamente en negocios marítimos se realizaron entrevistas múltiples con agentes del sector y se analizó la oferta formativa de este ámbito existente en Europa, constatando que en muchas de las ciudades con grandes puertos marítimos se imparte formación universitaria específica: Plymouth, Southampton y Liverpool, en Gran Bretaña; Hamburgo, en Alemania; Nantes, en Francia; Génova, en Italia; El Pireo, en Grecia; etcétera, además de otros referentes internacionales de larga tradición en estudios marítimos en el ámbito de las ciencias sociales: Singapur, Australia o Canadá.
Es a partir de estas premisas que se empieza a diseñar una formación en negocios marítimos aunque bien pronto nos damos cuenta de tres circunstancias que hacen reconsiderar la idea inicial: 1) las materias que debían configurar el núcleo de la formación era insuficiente para configurar un grado que en nuestro país es de cuatro años; 2) el nuevo concepto de intermodalidad en el transporte de mercancías implicaba la necesidad de contemplar el transporte en su conjunto y no únicamente en el ámbito marítimo; y 3) no se puede considerar el transporte por si sólo sin tener en cuenta todos los elementos que lo conforman, desde la concepción, diseño, producción y planificación de la mercancía en su origen hasta su entrega en un mercado que es cada vez más globalizado. Es decir, para configurar unos estudios que aportaran una visión generalista pero completa en este ámbito, era necesario introducir la logística, materia que abarca todo el proceso de almacenaje, transporte y distribución de productos y mercancías.
Así pues, se inició un segundo análisis, nuevamente con visitas en el sector, en este caso el de la logística, sin dejar de lado la idea original de mantener la formación en negocios marítimos como singularidad ineludible. Los referentes internacionales que se estudiaron a partir de este momento fueron los que ofrecían una formación mixta en ambos campos: Bachelor in Maritime Business and Logistics (Plymouth University), Laurea in Aziende Marittime, della Logistica e dei Transporti (Università degli studi di Genova), o Licence Économie et Gestion-Logistique Maritime et Portuaire (Université de Nantes), y otros que ofrecen ambos grados por separado pero con tronco común: Bachelor in Maritime Management y Bachelor in Logistics Management (Hamburg School of Business Administration).
Es con estos referentes y sin renunciar a la idea original, que se elaboró un plan de estudios para el nuevo grado, teniendo en cuenta que la logística debía ser el eje vertebrador de los nuevos estudios y los negocios marítimos su singularidad.
¿Qué obstáculos encontró en el camino para establecer el grado?
La verdad es que pocos. He tenido la suerte de poder entrevistarme con muchas personas relacionadas con estos sectores: empresarios, profesionales, académicos, políticos, personal de administraciones públicas, trabajadores… y ha sido un placer escucharlos y aprender de ellos. Quizá los mayores obstáculos hayan venido de las instancias universitarias, puesto que la justificación para un nuevo grado debe sostenerse con una argumentación muy sólida y los estándares de calidad exigidos son muy elevados. Hay que elaborar mucha documentación y acreditarla adecuadamente. De todas maneras, esto ocurre con cualquier nueva oferta de grado y no nos lamentamos que se exijan las máximas garantías de calidad previas a su impartición. Al fin y al cabo, nuestra misión debe ser procurar que los futuros graduados obtengan la mejor formación y la mejor preparación para su futuro profesional, y la garantía de calidad también es para nosotros un compromiso prioritario.
¿Cómo han respondido las empresas del sector ante la iniciativa del grado? La propuesta ha sido acogida con entusiasmo, ya que todos los agentes consultados consideran insuficiente –o inexistente- la formación necesaria para abordar los nuevos retos que se plantean ante las posibilidades de expansión que se detectan en los sectores de la logística y los negocios marítimos. Es por ello que actualmente y en muchos casos son estos propios sectores los que organizan una formación específica que, aun así, resulta insuficiente.
Me gustaría destacar la respuesta que obtuvimos de las empresas del sector cuando desde la Dirección General de Universidades se nos pidió que adjuntáramos a la documentación una relación de empresas/instituciones que estuvieran dispuestas a acoger estudiantes en prácticas, ya que dentro del plan de estudios hemos incluido prácticas obligatorias con una importante carga docente. Rápidamente contactamos con empresas de estos sectores y en unos escasos 15 días conseguimos cerca de cuarenta escritos manifestando la voluntad de acoger estudiantes.
Por otro lado, a estas alturas ya nadie duda de la gran capacidad expansiva del sector de la logística en nuestro país, un sector que ya representa casi el 4% del PIB y que se prevé llegue al 5% a corto plazo. Muchas han sido las intervenciones de políticos y expertos en el último año que aseguran que el sector es uno de los nuevos pilares de desarrollo económico -junto al turismo y la industria- y uno de los que más empleo debe generar en los próximos años. No es de extrañar, pues, que la idea de una formación de grado en logística también haya sido muy bien acogida, tanto por el sector privado como por la administración pública, y con un gran consenso respecto a incorporar la materia negocios marítimos como vehiculadora de la nueva oferta.
¿Qué problemas ha detectado en el sector del comercio y transporte marítimo?
Lo primero que me desconcertó es el gran desconocimiento que existe de estos sectores entre la población y la poca importancia que en general se le suele dar. En un mundo cada vez más globalizado, con mercados más abiertos, donde cualquiera desde el ordenador de su casa puede comprar o vender cualquier mercancía en cualquier parte del mundo, es obvio que el transporte de esta mercancía, su pago o su posible devolución se hayan convertido en algo cotidiano, en actividades a las que cualquiera puede acceder y a las que sin embargo no suele prestarse demasiada atención. Poca gente sabe que el 90% de las mercancías se transportan por via marítima o que existen grandes infraestructuras viarias, ferroviarias o aéreas que, combinadas, hacen posible que las cosas lleguen a tiempo y con los mínimos costes… Y también es poca la gente a quien se le haya ocurrido pensar que seguramente nos iría mejor no tener tanto AVE y tener mejores condiciones y mejores conexiones ferroviarias para el transporte de mercancías, como ocurre con los puertos de Hamburgo, Amberes o Rotterdam para poner sólo algunos ejemplos. Pienso que uno de los problemas que existen es la poca inversión en infraestructuras y la poca conciencia social y política sobre lo que significa, por ejemplo, el corredor del Mediterráneo.
Aunque en otras dimensiones, también es grande el desconocimiento de la pequeña y mediana empresa sobre todo lo que significa la internacionalización en general y sobre las posibilidades de crecimiento de la empresa innovando en el área logística. Se suele asociar aún con demasiado énfasis la innovación con los avances tecnológicos, pero hoy en día son cada vez más las empresas que logran expandirse e incrementar su cifra de negocio mejorando su sistema logístico. Y recíprocamente, veo a las empresas de logística y transporte demasiado encerradas en sí mismas. Deberían emprender campañas de marketing más directas y con mensajes dirigidos a pequeños y medianos empresarios. Es decir, a modo de resumen, las empresas en general priorizan el marketing a la logística y las empresas de logística deberían invertir más en marketing.
¿Qué relaciones mantiene el grado con la Facultad de Náutica (UPC)?
Muy buenas. Para nosotros, la Facultad de Náutica ha sido uno de nuestros principales referentes y pienso que en el futuro las relaciones pueden estrecharse más compartiendo grupos de investigación o mediante una programación conjunta de másters con un alto componente internacional. La oferta del Grado de Logística y Negocios Marítimos se plantea bajo una visión de business, mientras que la formación de los grados de la Facultad de Náutica se fundamentan en la ingeniería. Para decirlo de una manera sencilla, el Grado de Tecnocampus-UPF pone su atención en la mercancía, mientras que los grados de la Facultad de Náutica-UPC ponen su atención en el buque y la navegación. Son visiones distintas y complementarias y ambas necesarias para mejorar el sector, y es por ello que el nivel de entendimiento entre los dos centros es muy elevado. Mi reconocimiento a la ingente labor que ha hecho la facultad durante su larga y centenaria trayectoria, hasta ahora único referente en Cataluña de formación universitaria en los ámbitos del mar y la náutica.
¿Ha sido difícil seleccionar el profesorado?
No, en absoluto. Como he dicho antes, el 50% del profesorado debe estar en posesión deltítulo de doctor y en un principio pensaba que sería difícil cumplir este requisito pero no ha sido así. Hay en nuestras universidades, y en particular en la nuestra, la UPF, grandes profesores del área de logística, -y lo mismo en la UPC- personas jóvenes y bien formadas, muchos con doctorados europeos. De todas formas, uno de los criterios de nuestro centro es configurar una plantilla que combine adecuadamente los académicos con los profesionales del sector, y dentro del sector también hemos encontrado grandes profesionales con capacidades docentes. Pienso que precisamente la plantilla que estamos consiguiendo será uno de nuestros principales avales.
¿Qué respuesta ha encontrado el grado entre sus potenciales alumnos? Pues también en estos momentos estamos contentos con la cifra de personas que nos están visitando y solicitando información. Se trata de una oferta nueva, sin referentes en nuestro país, y debemos hacer un esfuerzo adicional para explicar y convencer a jóvenes de 18 años que estudiar logística y negocios marítimos es una opción de futuro. Contamos, eso sí, con el prestigio de la Universidad Pompeu Fabra y con la trayectoria de éxito de los centros universitarios de Tecnocampus. Pienso que ello nos facilita el discurso, porqué nos permite dar las suficientes garantías de calidad y trabajo bien hecho. No sabemos cuántos de estos estudiantes acabarán matriculándose porque para acceder a este grado hay que hacer la preinscripción universitaria por el sistema general de las universidades públicas, pero estamos convencidos que lograremos el número suficiente y que a medio plazo llegará a ser una oferta consolidada dentro del sistema universitario de nuestro país.